lunes, 31 de diciembre de 2018

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El sonido del 2018

Luego de guardar un luto simbólico el 2017, decidí emprender una nueva ruta este 2018, empezar desde la nada, verme nacer en un mundo completamente diferente y una de las cosas que hoy puedo mencionar y en voz muy enérgica es: ¡lo logré!

Voy a mantener las memorias de este año como el reflejo y el ejemplo para las cosas que haga en adelante: el constante esfuerzo, permanecer inquebrantable y firme todos los días, ponerle buena cara a todas las adversidades que se presenten y vivir cada día lleno de mucho amor y compartirlo con los demás.


A través de este resumen también quiero dejar huella de las maravillosas personas que he conocido en el transcurso del año: David, Analí, Cristopher, Milagros, Claudia, Karín, Maira, Jorge, Andrés, Elmer, Santiago y todos los estudiantes con los que trabajé, por el tiempo y la dedicación laboral y los buenos momentos. También a los amigos con los que no perdemos los lazos que los años hacen más fuertes y toda la ayuda y respaldo que recibí... muchas, muchas, muchas gracias a Iván, tío Mike y Gian Pier. Y mi familia, incondicionalmente, siempre en lo más cálido de mi corazón.

Ahora... las canciones que estuvieron en cada momento de este año:

Yellow Days - A Little While
Esta es la canción puente entre el año pasado y éste, las letras cayeron como darlos al centro de la diana. Aprendí y comprendí que el amor en su constante transformación puede diluirse y tenemos que preguntarnos: "¿no lo ves?" y emprender el viaje.



The Box Rebellion - Here I am
Las personas que se fueron, mi papá y mi abuela dejan heridas que llevan tiempo cicatrizarlas. Esta canción que va tomando fuerza sonora gradualmente fue una forma de fortalecer el cierre de las heridas que ahora son como el vestigio que todos podemos lograr cuando nos toca despedirnos para siempre.


Franz Ferdinand - Feel The Love Go
Este es uno de los pocos grupos que ya no teme experimentar las guitarras con los sintetizadores y no ha perdido su esencia musical y en su videoclip lleno de referencias y parodias nos explican la correspondencia de sentimientos entre uno y los demás, además de saber dejar al amor irse. Nótese el final la paloma y el fondo sonoro.


Gorillaz - Tranz
Después de un disco muy extraño, Gorillaz sacó inmediatamente uno nuevo para no alejar a sus fanáticos. Esta rola es la que comúnmente suena en los audífonos para la distracción.


Sly & The Family Stone - Everyday People
Si en el futuro quiero recordar a una de las ciudad que he conocido este 2018 y le he agarrado mucho cariño: Huaraz, será con esta canción. Noches de café, baile, buena comida, nevados y paisajes maravillosos. (Esta canción empezó la escuché en un bar pintoresco mientras compartía alegría) 



Bomba Estéreo - Pájaros
Ya casi por terminar, ¡qué buenos momentos en un concierto! No había saltado y gritado tanto como con este grupo colombiano en Solaris junto a la gran Maira y toda su buena energía contagiante. Además tuve como requisito escuchar esta canción cada mañana que me tocaba madrugar para ir al trabajo y sacar una sonrisa y vitalidad.



Thom Yorke - Suspirium
Miles de veces he escrito o hablado de Radiohead y Thom Yorke, su vocalista, quien con nuevo disco y nominación a los premiso Oscar me ha conquistado con esta canción que me recuerda mucho a San Pedro de Chaná, mi tercero, cuarto, quinto o etc. hogar que me ha adoptado con mucho cariño. Y refiriéndome a la banda, tremendo concierto que jamás olvidaré.



Arctic Monkey - Four Out Of Five
Y finalmente, mi canción favorita del 2018.
Con un cambio contundente el grupo rockero experimentó nuevas formas de hacer música en su más reciente disco Tranquily Base Hotel & Casino, además de ser mi disco más reproducido de este año: en resumen, todo el sacrificio, el sudor, la resistencia y la disposición al cambio cantadas a todo pulmón.

 ¡Y que la música continúe el 2019!

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martes, 28 de marzo de 2017

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El sonido verano del 2017

Haber experimentado catástrofes producidas por la naturaleza a finales de los 90' no fue lo mismo al que se vivió (y aún se sigue viviendo) en diferentes regiones del Perú, aniego, deslizamientos, huaycos, puentes que colapsaron, ríos desbordados, viviendas y centros comerciales inundados, heridos, vidas que se fueron, vidas que lucharon por sobrevivir. Este no ha sido un verano alegre para muchos, este ha sido un verano para ser #unasolafuera y ayudar, dejando atrás los reclamos de algunos sectores por el hacinamiento en las periferias de Lima y capitales de regiones del norte, en zonas peligrosas, ese trabajo queda para los antropólogos. Nosotros aún pensamos en las personas afectadas que necesitan de ayuda y una mano.

Mi verano ha sido un poco ajeno a las circunstancias, pero no significando que esté desinteresado ante todos los hechos ocurridos.
Este verano ha sido de mucha música nueva, sonidos nuevos, unos mejorados, otros macerados, en fin. 
Al parecer este será un año de retornos de muchos grupos extrañados por los fánaticos, como por ejemplo Gorillaz, y las para los nostálgicos Blondie. Aquí va la lista de las canciones que me acompañaron desde las últimas semanas de diciembre hasta esta semana que he terminado con el corazón en la mano.

Future Islands - Ran

Volvieron, el grupo norteamericano que se llevó a la mejor canción del 2016 con su A dream of you and me, esta vez con una canción que cae en el momento adecuado para traducir mis sentires: no querer terminar las cosas, pensar en lo vivido y en lo andado y entre tantas preguntas la canción bajo la sufrible y aguardentosa voz del vocalista la convierte en la plegaria adecuada para proponer seguir una relación.


Lana del Rey - Love

Otra flaca que vuelve con primer single. Con una esencia musical minimalista esta canción en tercera persona relata las angustias de una pareja joven que vive en pleno sofoco del amor. Bueno, la canción trata de eso, además, a quién no se le mueve el piso con el guiño de la vocalista con una sutileza tan lasciva, sólo faltaba que saque la lengua por una comisura y era porno.


Depeche Mode - Where's the Revolution

Confirmadazos para marzo del 2018 en una tocada que volverá a ser épica y esta vez en el Estadio Nacional, vuelven los legendarios Depeche Mode con el primer single de su disco Spirit, que aún huele a recién horneado. El videoclip no parece magnificente para una canción protestataria que lo merecía. Sin embargo, eso no le quita la magia de la esta canción demostrando que aún hay un grupo que puede avasallar con un sonido formado por los años en escena.


Baxter Dury - Other Men's Girls

Volviendo a las canciones de hace algunos años que no pude descubrir a tiempo y con mi último disco favorito: It's a pleasure del inglés Baxter Dury. Esta canción es sarcástica, melodiosa y es una de las cosas que la hace atractiva porque combina una letra entre los pensamientos de un hombre con abulia y una mujer feliz aparentemente con todo lo que sucede por fuera.


Elbow - Gentle Storm

Acercándonos al final. Posiblemente si no salía la siguiente canción ésta se la hubiese llevado. Hace dos discos que Elbow no me ha atrapado de la misma forma como en el The Seldom Seen Kid. Esta canción... pues... qué puedo decir: es genial. El mundo necesita más amor y todos lo necesitamos.


The xx - Say Something Loving

Para darle un final redondo a este top musical y englobando todo lo que expresan las canciones anteriores. Las letras aquí. Es de las pocas canciones que es difícil cantarlas por partas, su estructura necesita de todas las letras y tiempos. No dejes que se pierda.




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lunes, 13 de marzo de 2017

Te conocí

Aunque haya suprimido muchos textos o dejado en edición para nunca publicarlos, esta vez quise permitirme esa excepción, sin ánimos de lograr nada. El último fin de semana me sentí pletórico y tuve ocasión de recordar plenamente, sin sujeción de alguna emoción.

Te he conocido a través de un vidrio opaco, tu silueta no era más que la conformación de palabras sin sentido, o párrafos que terminaban contradiciéndose conforme pasaban los meses, los años y todo lo que tuvo que pasar. Esos cambios abruptos de proposiciones que me ilusionaban seguidas de reflexiones que llevaban el barco a un mar lejano de páginas vacías.

Te conocí a través de una puerta decorada con vidrios deformados (porque el arte ha deformado la estética); el orden de tus cabellos es el mismo, el efecto que me arremolina los vestigios casi inexistentes de lo que fuiste tú: tu cabeza era mi suave almohadita y tu sabor único que ahora ya no logro distinguir y he confundido mucho en el vaivén del término de mi adolescencia.

Te conocí a través de unas paredes claras y de pocas ventanas con vidrios llenos de tela de araña, convirtiéndolos en la guarida de los fines de semana por la tarde u ocasionales tardes desesperadas antes que las arañas lleguen, hasta que llegaron y morimos por el veneno de la pasión. Qué más pasión cuando tu mandíbula giraba por mi cuello y emanaba el fuego fatuo, el que compartimos hasta que llegó la desidia por elegir y siempre elegimos los incorrecto, porque eso acrecentaba el sofoco en extrañezas las veces que pasaba por cada lugar y los veía exudando nuestra propia emoción partida.  

Te conocí a través de unas calles que acostumbran a la penumbra y sonaban como una guitarra de cuerda sostenida, reemplazando al grito que di al estar primera vez pisando el asfalto luego del pajonal del nido, ambos obstaculizamos la visión hasta casi dos años después porque nuestros andares eran sobre las sábanas y los sueños, algunas veces insomnios y con el fondo de tus canciones maceradas o las mías sin grados de alcohol.

Cuando te conocí la escritura avanzó muy rápido y las páginas vacías empezaron a llenarse, por el impulso menor o mayor que recibía en las estivales estaciones, dentro y fuera; en el alborozo después de tu partida porque me percataba a destiempo lo feliz que había sido. Todos esos recuerdos tuvieron que apearse del Olimpo adonde los había llevado.

La última vez te conocí a través de la distancia y la imaginación, enarbolando emociones que nunca llegaron y sueños que no se consumaron porque hubo otras cosas, otros lugares, otros tú, otros tiempos y otros espacios, sin embargo, el compartido contigo en algún momento tuvo el vidrio transparente y fue en aquel comprendí que comprendí había amado.



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miércoles, 8 de marzo de 2017

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A todas ellas

Hoy es el Día Internacional de la Mujer, unas celebran y otras conmemoran, algunas buscan un pretexto para recibir un regalo o un saludo y algunas otras siguen luchando por lograr una auténtica igualdad de derechos, y es que por muchos años de historia la mujer ha sufrido un estigma, que aún en muchos país padecen mediante la violencia, la represión y miles de formas que la propia cultura manifiesta en cada territorio, lo bueno es que la culturas son cambiantes y modificables.
Doodle
Hoy tengo presente a todas, a las que son madres, a las que no lo son, a las que quieren serlo pero no pueden, a las que no quieren serlo y lo son, a las que lo son y se arrepienten, a las que no lo son y no pretenden serlo; a las madres adoptivas, a las que lo son a la fuerza, a las que desarrollan el instinto maternal y a las que no, a las que no desean una familia y las que tienen una, a mujeres con muchos hijos, a las mujeres que perdieron a sus hijos, a las que creen que tener hijos varones es mejor que tener hijas mujeres, a las que son madres de sus nietos, madres de sus sobrinos, madres de niños o niñas que necesitan de una. A las mujeres que luchan constantemente por la igualdad de derechos y a las que no, a las que marchan por #unióncivil, por el #niunamenos y por el reciente #conmishijosnotemetas; a las que se oponen a todas esas marchas, a las que buscan unir, a las que buscan separar, a las que estudian, a las que leen, a las que madrugan, a las que viven por un fin de semana de juerga, a las que bailan al son de las canciones de Maluma y piden ser sodomizadas, a las que protestan contra el machismo, a las que sufren de anorexia o bulimia, a las que se sienten a gusto con su físico, a las que abortan, a las que toman la pastilla del día siguiente, a las que padecen de enfermedades venéreas, a las que se cuidan y se protegen de las mismas, a las mujeres que discrimina a otras mujeres y a las mujeres que tolera a otras y entiende de la diversidad. A las mujeres machistas y a las feministas. A las que se drogan o son adictas a algún tipo de droga (legal o ilegal), alas que ejercen la prostitución, a las que no, a las que investigan, a las que sueñan, a las que perdieron sus sueños. A las mujeres que le gustan los hombres, a las que les gustan las mujeres, a la que le gustan los varones y las mujeres. A los hombres que se sienten mujeres, a las mujeres que no se sienten mujeres, a las mujeres en singular, a las mujeres en plural. A las que conoceré, porque hasta hoy he podido llegar sólo a conocer a estas mujeres y hoy cada una merece celebrar, sin desmitificar de una a la otra.

En los próximos años seguiré conociendo a más mujeres y por mientras a todas a las que conozco, a las que han formado y a las que siguen formando parte de mi vida quiero desearles un gran saludo, de reconocimiento y lleno de mucho afecto.


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lunes, 21 de noviembre de 2016

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Vómito púrpura

Han pasado muchos lunes con extravagantes anécdotas, algunos han quedado en recuerdos que posteriormente sólo llegan a proyectarse en sueños y son confundidos en falsos recuerdos. He dejado de rememorarlos, tuvieron mucha pinta para ser escritos con el corte de los relatos con los que empecé este blog. Luego de un receso y muchas lunas, esos lunes de tropelías, actos inexplicablemente extraños y embarazos volvieron a chocarse con mi tan precavida vida, o el esfuerzo de una así.

Nunca había deseado tanto apoyarme en la ventana del bus, perdía el equilibrio en un espacio tan poco ventilado, la escena se tornó psicodélica cuando sentí las primeras arcadas y nadie giraba a verme. No mires hacia los horizontes, no mires, no… Salpiqué a un señor que iba leyendo unas diapositivas sobre odontología delante de mí.
-¡Es sangre!, ¿es sangre?
Mentalmente le respondía con ironía: no, es chicha morada, no la de sobre, l-a d-e m-a-í-z y tres mandarinas.
La inmovilidad de todos los pasajeros, que cargaban la modorra de los lunes por la mañana y con dirección a sus trabajos, cambió desproporcionadamente. La señorita que iba a la izquierda no quiso ni verme porque los ojos ya los tenía puestos en una conversación de Whatsapp con los dedos agitándose vertiginosamente, como si se tratase de un incendio. Escuché un eco: “hacia abajo, hacia abajo”. Me provocó hasta reír ¡cómo podía alegrarme en una circunstancia así! para dejar de salpicar los demás pasajeros. El piadoso señor de mi derecha ordenó al chofer parar para poder bajar y terminar de hacer lo que tenía que hacer.

Exudaba y procuraba no divisar alrededor, suplicaba permanecer ciego ante lo que se avecinaba: un señor de talante pletórico de furia. Al terminar, el señor piadoso le limpiaba por detrás con mucha preocupación al ecuánime señor que fue manchado por mi vómito púrpura.
En el cabello, en el cabello también.

Es que hay muchos gajitos por todo lado.

Cuando escuché gajitos quise tirarme al piso y morir de risa por completo, había mordido tan rápido las mandarinas que no estaban del todo destrozadas ni la chicha morada del todo fresca. La acción involuntaria fue pedir perdón y recibir como respuesta un “Si ya está hecho, no tiene sentido que pidas disculpas” con un tono de mucha entereza, seriedad y a la vez de comprensión, esa misma comprensión paternal que algunas veces oí del mío.

Al subir nuevamente al bus la atmósfera fue distinta, parecía hasta festiva. Todos tenían algo nuevo que los iluminaba vivir o despertar, salir de su rutina. Volví al asiento dando ligeros tumbos, un poco extrañado inicialmente porque no sentía vergüenza, pese a tener la camisa, el pantalón y la maleta con los resquicios de la fruta. Estaba contento porque las miradas risueñas de los demás ahora llevaban la llama ardiente por contarlo, comentarlo o preguntar más sobre el hecho noticioso; como una pareja de ancianos que me preguntaron por mi estado de salud para recomendarme alguna pastilla que me permita el alivio del mareo. Muchos empezaron a llamar por teléfono “no sabes lo que me ha pasado…”, ese “me” ya me ponía de mejor humor: había aportado algo a los demás. Mi plan no era ser el típico vendedor que sin pasión alguna recita el mismo guión para vender o pedir algo. Mi plan fue bastante benévolo: reírme de mí ante los demás.

No llegué a tiempo al trabajo, tuve que llamar por teléfono para pedir una media hora más para ir a un baño cercano y poder limpiarme, no podía dar marcha atrás. Vi el reflejo de mis veintiocho años frente al espejo. No esperaba negligencia por haber aceptado las dos chelas (que al final fueron dos cajas) de un buen amigo al que le fueron desleal en su reciente relación un domingo por la noche. A estas alturas el pesar disipa ante el buen recuerdo que obtenía, pero sobre todo lo que pude haber hecho por los demás, ser el reflejo de ellos mismos en sus peores momentos y entender que esos peores momentos pueden significar darle un poco de brillo a la tan opaca vida transita por las calles de Lima. 

Hasta el próximo lunes.       

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jueves, 24 de diciembre de 2015

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El sonido del 2015

Estas días son míos, estás canciones son como cantarles a cada día del año, un año de muchos viajes, de imborrables recuerdos por selva, sierra y costa, recorrer todo el Parque Nacional Tingo María en dos días, viajar en el Tren Macho y disfrutar de las playas y la comida del norte, respectivamente. He vuelto a sumergirme entre libros, historias, papel, lápices y lapiceros. Recién aprendía a despedirme de mi viejo y tuve que hacerlo de mi bisabuela Natalia, mamá Julia y mi buen amigo Oscar. Así como he aprendido a dar la bienvenida a todos mis hermanos y explorar el mundo de la Tunantada con nuevas amistades.
En los últimos meses del año, que decido redirigir mi rumbo... tuve un reencuentro inesperado luego de nueve años, mi banda favorita, Coldplay, saca nuevo disco y anuncia un concierto en abril del próximo año en Lima y vuelvo a tomar estabilidad emocional para encaminarme a los proyectos que tengo por cumplir el año que viene. Este año ha sido un alivio tener a todos mis hermanos cerca.
Todo el año rememoré los ya diez años de mi disco favorito, el X & Y, con cada single y tal vez sospechosamente en cada fecha tuve días para recordar siempre.  

Esta lista, diferente visualmente a las demás, tiene más canciones de lo habitual ya que no seleccioné con las del verano de este año, que son las que mayormente aparecen al final, excepto la primera, lo que no cambia es no estar muy cercano al acervo de la música popular local. Ponle play...


 
(*)Entre el número trece y catorce está Yesterday de los Black Eyed Peas, canción caleta del grupo sin Fergie y volviendo a hacer hip-hop.

Ya que en Spotify sólo existía la versión en concierto de la canción de este año, subo el videoclip y la volveré a contar como el himno de la alegría que provoca vivir.



¡Felices fiestas y los mejores deseos para el 2016!



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El sonido de 2014

Hace un año, en estas épocas, seguía devastado por los acontecimientos que caen como rocas congeladas sobre la espalda y no pude publicar el usual post de cada año con mis canciones favoritas. Si en algún momento pierdo la memoria -una de mis fantasías en delirio- estas publicaciones me permitirán saborear cada etapa que transcurrí, así que empiezo. 

(10) The Black Keys - Turn Blue
Mi canción favorita del octavo disco de una de mis bandas favoritas. Con la canción y sus letras recuerdo que el mundo se te puede venir encima y te das cuenta que sigues avanzando, aunque no lo quieras. Pongamos tinta azul y sepamos que podría haber un infierno abajo, abajo...  


(9) Pharrel Williams - Happy 
El 2014 no sería el 2014 si nadie recuerda esta pegajosa canción que la usaron en cuanto spot publicitario o campaña para algo que quiera brindar alegría. No comento más de la canción que la baile en un paseo y algunos amigos creyeron que tenía epilepsia.


(8)Hunsu Helendirici - I love you
Los músicos de Oriente Medio están cultivando su música fabulosamente, su música tradicional como la base de una industria que está sobrepasando sus fronteras. A Hüsnü Şenlendirici (que un amigo ya me dijo cómo se pronuncia), lo conocí por un concierto de Dafher Youssef, quien también está en la lista e incorporó el clarinete de Helendirici en su último disco. Esta canción propicia al amor carnal, al amor suave entre pieles, al que está entre el vaivén de sentimientos que se deslizan por cada agujero del instrumento.


(7) Ibrahim Malouf - Beirut
La canción ideal para hacer catarsis, resurgir de las cenizas y estallar como fuego artificial en el silencio y la oscuridad. Ibrahim, heredero de la música y la trompeta, es el encargado de transportarnos a la capital del Líbano que lo vio nacer. El videoclip sugiere el renacer entre los escombros de la nostalgia y el pasado de un país del que tuvo que salir con su familia por la guerra civil. 


(6) Lana del Rey - West coast
Si no puedes con la arrechura, escucha esta canción. Bromas aparte, la guitarra es tan sugerente y tentativa para abrir la cama y hacerla mar. Tener un ligue de un par de meses con esta canción es una experiencia llena de oscuridad e intensidad derramada por donde se camine o se gima. (For P)


(5) Tame Impala - Elephant / Solitude Is Bliss
El videoclip nos transmite lo que esta banda australiana está haciendo con el rock psicodélico actual. Prontos a tocar en el Parque de la Exposición, en marzo, espero sea una banda, que además de destacar en su género, no muera como la típica banda joven que experimenta nuevos sonidos. Las dos canciones estuvieron cuando me cuestionaba entre el miedo, el autocercenar de mis actos y el proceso de liberación fantástica bajo sustancias no recomendadas. 


(4) Phil Selway - Coming up for air
El baterista de Radiohead lanzó su segundo disco para consolidarse como un artista que no sólo se redujo a un instrumento y abrió sus horizontes al arte en su más pura esencia. El videoclip es un saludo al cine de David Lynch. El eterno cuestionamiento de la vida, de lo circular que puede ser al igual que el video, donde los personajes se pierden en un caso policial para resolver la muerte del personaje principal.


(3) Dafher Youssef - Whirling Birds Ceremony

¿Quieres ser llevado a la melancolía o arrastrado al umbral de la depresión?, o lo has vivido. Este es el ceremonial adonde caen las aves que no pueden volar y sólo se contentan con girar. La colaboración del clarinete en manos de Hüsnü Şenlendirici junto a los agudos de Youssef es propicio para arrancar tu humanidad del suelo y despegar, en muerte o en alguna de sus formas, hacia un nuevo mundo. 


(2) Jamie xx - Sleep sound
El productor de mi trío favorito, The xx, lanzó canciones desde el 2014 y este año oficializó su primer disco In Colour. Esta fue la primera canción que da un paso adelante a la propuesta minimalista con la banda, o el principio de esta corriente: los silencios. El videoclip fue grabado con sordomudos que con sus movimientos inspiran lo que llegó a forjar la música


(1) Coldplay - Midnight
La banda regresó con un disco íntimo que le hace guiños a su primer disco, Parachutes, lo más sorprendente del Ghost Stories fue la sinceridad y sencillez con que fueron escritas las canciones. Midnight fue el primer videoclip y la primera canción en salir a la luz con la que me llevé una buena sorpresa para volver al uso de los sintetizadores, o experimentar con nuevos instrumentos. Con esta canción, cerca a la medianoche, mi viejo se fue en un mundo de colores invertidos.


Hasta el siguiente post.
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miércoles, 28 de octubre de 2015

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Caballo de paja

Desde hace algunos años tener una conversación con los amigos pasó a ser una en el que las emociones salían tan sinceras, risas espontáneas y música increíble.
Desde hace algunos tener una conversación con mi amigo Iván Soriano es todo un suceso de momentos que no quieres que se acaben nunca.

Tal vez ahora, nuestras últimas conversaciones se han trasladado más a las virtuales, sin embargo, sigo almacenando tantas histories y sentires que luego termino muy inspirado para escribir.
Hoy quise escribir lo que sentí mientras nuestro tema en común era la muerte, el mar y una forma de amar. 

Caballo de paja

Los adobes
mis piernas


Desarraigo en vaivén
pajonal tibio


Navajas por el pecho
marea alta


Barca perdida
y el vacío rebalsa


Tocar del último violín
y pañuelos como anzuelo


Irse, irse, irse

Partir, partir, partir

El abdomen de luz
y un cigarro que termina


Techo o lluvia
cielo de nubes rotas


Y eres


La tierra
manos por cogerla


Hasta un próximo lunes... de fiel.
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martes, 13 de octubre de 2015

Cuarto para el otoño

Un torrente de energía y (casi) desesperación pusieron a mi cuerpo en demasiada actividad, fue como si la espectacular tarde en Pimentel me hubiese susurrado algo lento que debía escuchar varias veces hasta saber qué era. La inquietud y la curiosidad me arrastraron por las calles de Chiclayo, un viento suave me llevó a encontrar la respuesta del susurro.

Cuarto para el otoño

Ni vidrio perfecto
o palabra apresurada,
el sol no perdona a las persianas

Aire que sólo asfixia,
lámpara de llanto
y dolencia ausente

¡Laberinto!

Sismo en el cuarto piso
con un ombligo fresco
sacudiéndose la sal

Y la necesidad por palpar
el humo que hemos sido,
consumados,
medianoche y los pasos
evaporándose por Balta.


Hasta el próximo post.
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jueves, 17 de septiembre de 2015

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Bandada de aves rotas

Los buses han sido el mejor vehículo para apreciar e introducirme a nuevas ciudades, observar con mucha calma (al menos) el cambio gradual de la geografía, extenderse parajes que alguna vez vi en las enciclopedias y sentir ese encuentro entre lo que imaginaba al lugar real; no fue lo mismo imaginar un delta o una bocana que navegar en uno, sumergirme en aguas de río y sal. Todo se hacía tan lento, sólo le faltaba un piano acompañando para dejar al corazón salir de la jaula de penas y miedos. Cerrar los ojos y sumergirse, en lo oscuro: la paz. Salir a flote y asombrarme del nuevo mundo que encontraba entre las pestañas húmedas. Retar a una nueva ola, tocar el caparazón de unas tortugas galápagos, creer que debo tener una coraza igual de dura y quedarse frente a frente con el sol y pensar que no hay tiempo, sólo estar y arrojarse a nuevas aguas.

Bandada de aves rotas


Existe una bandada
de aves rotas
cruzando el espejo

¡Tú!
el de alas enteras
sé pez
y destínate el ahogo

Humano solo
algunas veces quebradizo
y de alas débiles

¡Tú!
disfraz de corderos
sé lobo
y destínate al hambre

Existe un muelle
comida para el cielo y el mar
encuentros al azar
y un puñado de sal
para morir en sed
en cada despedida


(El Ñuro, Piura. 04 de septiembre de 2015)


Hasta un próximo… post.
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martes, 15 de septiembre de 2015

Norte - Eróstrato

Algunos años atrás planteaba la idea de viajar por el norte costero del país, mucho más antes me proponía viajar a alguna ciudad de norte para vivir unos años. Después del huracán que ha sucumbido esta última etapa de mi vida, decidí emprender el viaje añorado antes de llegar a los 30, no desdeñé la oportunidad que me tentaba desde el año pasado, pero interrumpido por proyectos laborales. 

El viaje se concretó, fui envuelto en mil y un experiencias -algunas sacadas de los pelos, otras particularmente asombrosas-, en general he podido comprender muchas de las preguntas que me hacía y que ahora me hago con menor frecuencia (aminorando la neurosis). En el camino me he cruzado con personas de diferente dejo, contextura, sentido del humor y... sabor. 

Empezaré esta secuencia de escritos que fui guardando en la libreta que llevé con la finalidad de... (ninguna finalidad) Salioeron frente a un ocaso, en conversaciones, con buena comida, antes de dormido, al despertar, saliendo del mar, etc. El siguiente lo escribí en Chancay, Lima.

Eróstrato

Las palabras como esferas ardientes
y una frase la quimera
de la sombra del miedo en circular

Estamos en el umbral del presente
lacónicos, estáticos y desesperados
inmutados ante el paso del aire

Incendio del pasado
fantasma ausente
cuando se quiere
como lobo hambriento

Tambores en la cima
y riachuelos en el suelo
del papel que fue olvidado

Estamos al borde del precipicio
saltemos al sueño de la embarcación
y espaldas amplias sobre las playas
para soportar la quemazón
de lo que nunca se dijo

Lluvia en el horizonte
la alegoría del a muerte
cuando lo ilusorio es develado
por la cortina de nuestra historia


Hasta el siguiente lunes, o cualquier día de la semana.


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domingo, 16 de agosto de 2015

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Marchito

Han paso casi dos meses desde que mi abuela se fue y veo el mundo desde el tercer piso. Esta semana, un kokedama, que lucía verdoso y lleno de vida, empezó a secarse, sus tallos amarillaron y la semana se nubló, más de lo que comúnmente está. Emplomecí y escribí... 

Como la planta que tuvo que cortarse las raíces al no poder consolidar su unión imperfecta en la tierra, tuvo que necesitar del abono de las aves que fingen volar y un poco de luz, al menos el de un fluorescente señalando la puerta a la otra vida, donde no necesitaremos el aire para cantar la canción que nos devolverá como frutos secos a la espera de la mano divina del hombre que habrá de arrancar la mala hierba de su ganado, el que no necesita de un pastor para encontrar en la vida la raíz que necesitará agua, un poco de agua y algo de desesperanza.

Espero que algún o alguna especialista en el cuidado de las plantas pueda salvar mi kokedama.

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viernes, 17 de julio de 2015

Desde el nido calorífero

Hoy miraba desde el tercer piso, los automóviles y las personas se movían a un solo compás. Quise bajar y estropearlo todo. Pero me animé a escribir.

Desde el nido calorífero

El éxtasis,
un río desbordante
bajan de tu boca.

A mi grava,
palabras desesperadas
que murieron
en el intento.

Encierras a las aves
que revolotean
tu futuro descalzo
y
busco navajas
para las alas
nacidas en tu pecho.

El anhelo,
mi nido calorífero
de desconsuelo
y acumulación
de guijarros solos.

A tu laguna,
sed de obsesión
que aprisiona
cantos y mares vacíos.

Vuelvo a ver por la ventana y todo sigue siendo igual. Es tiempo de abrir la puerta y salir.
Hasta un próximo lunes.




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lunes, 4 de mayo de 2015

Aquellos tres de lunes

Lunes, después de un desvelo y aterrado por soñar. Él aparece siempre como una sombra sigilosa que se oculta de la conciencia hasta que abre su capa y da su gran espectáculo: la confusión.

Podría ir enumerando y describiendo todo lo que giran móvil en esta ciudad, podría recordar con mucha precisión el momento en el que tuve que cruzármelo en medio del tumulto que cruzaba una de las avenidas principales del centro Lima. Todo para llegar a aquel instante, el semáforo se hizo lento, cada paso demoraba su avanzar sobre la zona peatonal, las miradas puestas en la acera del frente, otros mirando la hora, la música, mensajes de sus smartphones. Nosotros no veíamos nada, sólo caminábamos, como dudando del destino. La primera mirada se posó en mi hombro derecho y la segunda iba en vaivén entre comisura y comisura, como si la picardía bailase. Los cuerpos se rozaron con la menor presión y un cruce de miradas que se siguen hasta el rabillo de los ojos terminó. Muchedumbre en tropa, bocinas, vendedores ambulantes y la tarde que le pedía al sol ocultarse ya. La ciudad durmió un día más.

Lunes, tras lunes, tras lunes. Todos los lunes pospuestos para escribir y dispuestos al andar, la aventura que desconoce de límite y ama los silencios. Él dejó el papel a media escritura y se paró, cogió su maleta, se levantó de la mesa. Iba en dirección al ocaso.

Su cuerpo era imperceptible, no iba lento como los demás, su ceño era el timón que llevaba un barco a mucha velocidad. La determinación hubo despejado duda alguna, tenía las manos firmes y campaneantes. Cruzó la plaza en una diagonal casi perfecta. Las miradas estaban orquestadas como flechas, él las repelió todas. Tú te preguntas: ¿qué piensa?, ¿qué lleva adentro?, ¿adónde va? Entonces decides esperar unos segundos y vas detrás de él. Los faros y postes de luz empiezan a enmarcar las calles, el sabor de la curiosidad es dulce, no empalaga. Sólo lo sigues, motivado por el morbo de atinar a tus maquiavélicas suposiciones sobre el propósito que lo lleva tan de prisa. Algunos y algunas lo notas, dirigen sus miradas con la misma pregunta con la que diriges tú sobre él. Otras pasan con desdén. Prendes un cigarro mientras ata sus agujetas y sobreactúas torpeza con los palillos de fósforo.

Es lunes y decido dar vuelta atrás, quiero saber qué se siente intentar, dejo atrás el miedo y me expongo al mundo como nunca antes lo había hecho. Recordaré siempre esa noche: el sudor incontenible del deseo.

Ella, él y él. Las veredas se despejaron y el telón se abrió: señoras y señores, aquí su grácil cuerpo de una jovenzuela amante del cigarro que ha perdido el trabajo y va en busca de satisfacer su último pedido, placer. Por aquí, el presuroso y desventuroso señor que ha pasado al divorcio, sin ningún céntimo para la semana, dos litros de alcohol y una migraña que recorre su cabeza como una pulga. Y con ustedes, él, quien escribió esto. El final de su encuentro terminó con una noche eterna, sentados los tres como una familia en la mesa del bar, donde se tejen las mejores historias, preguntas y mentiras. Terminaron juntos, a la mañana siguiente, donde sólo quedó la despedida, sin esperanza alguna por volverse a ver.


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lunes, 9 de febrero de 2015

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Abuelita Natalia

La casa junto al río la conocí los primeros meses de vida que me llevaban para conocer a mis bisabuelos. De niño las visitas se recuerdan con exquisitez por la buena sazón de mi bisabuela, a quien también decía abuelita Natalia, no me sentía tan lejano, al contrario, afortunado de tener esa imagen de una mujer vigorosa.

Los postres de chocolate, el jardín con frutas, el lavadero de metal de un sólo caño, la infinidad de plantas y flores, los pasillos de una casa hechos de adobe para guardar el calor y la hospitalidad, así como el corazón de ella, corazón que dejó de latir, como el de mi papá, quien en su último cumpleaños le hizo un cariñoso homenaje, "sus manos blancas recibieron a este negrito", recordando quién fue la que ayudó a mi abuela a traerlo a este cuajado mundo. Ambos, en ausencia o distancia, están. 

Su preocupación por los demás se transmitía la afabilidad que decoraban sus preguntas o enseñanza a ser cómplice para darte propinas, me saca una sonrisa, hasta después de los veinte años me daba propina subrepticiamente, su mano volvía rápidamente a los bolsillos de sus faldas mientras su mirada se clavaba en el horizonte.

Todos los primero de enero la numerosa familia que se formó se reunía para estar junto a ella y celebrarle un año más, su baile manifestaba la más grande alegría que debe sentir todo ser que llega a la senectud y ve a toda sus descendientes reunidos, siempre acentuado con la alegría de los nuevos niños que se unen a los vínculos más fuerte que la sangre por venas.

Forjadora de la fuerza misma, de la generosidad y del impartir amor. Natalia, el eterno legado de la familia que, en cada uno de sus miembros, llevamos parte de ella. Aún vive, así su existencia ya no se haga sentir.


Octubre, 2014
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lunes, 16 de junio de 2014

A media caña

Después de esos sueños hondos, como si nuestra conciencia se hubiese aventado al más profundo abismo, desperté.

Sobre la mesa junto a la cama seguían los dos vasos de whisky, la inercia estiró mi brazo derecho para coger uno de ellos y resbalé de la cama golpeándome la frente. Estaba la ras, entre el polvo y una caja de cigarros cerca que apreté entre mis manos antes de volver a perder la conciencia o que eso recuerde como sueño.
De adolescente siempre sentía culpabilidad por no volver a tiempo a casa, ahora estaba libre de esa emoción, me acogía el deseo de aprovechar el día, levantarme y caminar por todas las calles donde mis huellas emiten un llamado a mi corazón que acelera el latido.
Saqué un encendedor rojo y empecé a fumar no hallando comida en aquella casa, me puse la ropa luego de haber intentado arreglar la cama y beber el licor que sobraba mientras mis pensamientos se aclaraban y recuperaba los recuerdos. Las ojeras que llevaba eran bastante prominentes, los ojos los tenía enrojecidos y el morbo me llevó a acercar el rostro hasta empañar el espejo. El chocolate se derretía con la fricción que provocan los cuerpos, una lengua bordeaba una oreja y una mano empezó a estrujar todo el chocolate sobre una espalda que llevaba un tatuaje encima. Retiré el rostro y el olfato me advertía del olor dulce que venía de mí. Me senté sobre le inodoro, hacía falta un paraguas ante la lluvia de los recuerdos de toda la noche que había pasado.
Al asomarme a la puerta hacia la calle noté en el piso un papel que había sido pegado en algún lugar a la altura de mis ojos: “No dejes cigarros prendidos, asegúrate de cerrar bien la puerta. Y si vuelves, no toques el timbre”. Saqué el encendedor el bolsillo y quemé le papel.
Puse música, encendí otro cigarro que el estómago me reclamaba con los retortijones y unos lentes de sol para no atraer miradas.

“Memory, ah, memory, ah” y me senté en el puesto de jugos en un mercado al que por primera vez entré como un espectro.
-¿Le echo berenjena? –sin dejarme responder– es muy buena para la resaca.
-Gracias, señora.
-Mi hijo también se fue de  parranda el otro día y volvió después de dos días con…

Escuchaba la anécdota de la señora mientras un diálogo se interfirió:

-Pareces un trucha, al que tiran al mar para que muera.
-Un salmón.
-Fatalista.
-Hedonista –Corrigiendo–.
-¿Siempre la cagas con tus justificaciones?

Al mediodía el cielo volvió a adquirir el color plomizo y los rostros empezaron a empalidecer. Caminé sin rumbo, fue la primera vez que me sentía pequeñísimo en la ciudad, un laberinto extenso que desemboca al mar, adonde terminé por la tarde y me empapé con la brisa. Una náusea me tumbó y estaba frente a aquella puerta que no quería volver a ver. Toqué el timbre.


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