Tomaron la universidad durante dos semanas, viajé, me lesioné la rodilla, vi varias películas, hubo un foro de cine israelí organizado por mi salón, terminé varios libros que dejé inconclusos… y lo más importante: pude ver a mi viejo nuevamente.
Forzaron las vacaciones / Torre de Babel

Sólo leo, veo y escucho las noticias con respecto al tema y me aburre que aún tengamos estereotipos tan marcados, nos es fácil decir “aquél, el dirigente es rojazo”, “el rector es tremendo corrupto”, “ellos son unos angelitos”, “ella es Soraya Montenegro” o “ellas son las de la Usurpadora ”. Y todo eso consumimos, ¿es nocivo? No, yo pienso que es letal. Esa es la identidad de la quimera, la que ha ocasionado que perdamos dos semanas de clases, una gran angustia para muchos padres de familia que velaban por la salud de su hijit@ insurrecto, y… dar lo mejor de nosotros (el salón) para organizar el Foro de Cine Israelí.
Cine de seis estrellas
Luego de la primera semana sin clases, ya muchos teníamos las manos en pleno rasca-rasca bajo el pantalón, sin embargo, la licenciada del curso de Organización y Apreciación de Eventos nos menciona que el Foro de Cine Israelí programado del miércoles 25 al viernes 28 se debía realizar de todas maneras porque el embajador de Israel llegaba a la ciudad.
Manos a la obra: pintamos, trapeamos, cargamos sillas, nos pusimos a la tela, nos ajustamos los cuellos con las corbatas para recibir a Yoav Bar On y hacerle bailar a punta del zapateo del enérgico Huaylarsh moderno en el primer día de inauguración.
Presentamos tres películas bravazas:
La Duda
Los que esperaban ver Piratas en el Caribe 4, Robocop resucita, X-mensos y estrenos se paltearon y se pasaron a otro auditorio a recibir sus politos de productos Chema.

Ya para regresar, es casi un pecado no comprar el rico manjar blanco “El Tarmeñito” que es uno de los dulces más ricos que he probado como la calidez de la ciudad que me agrada mucho.
(P.D.: En 2008 escribí un pequeño relato: “Lucífugo”.)
La vida es bella
Estos días aproveché para reencontrarme con… los libros mientras mi pataza Ulrike Razumov perdía la cabeza por Humber Humbert.

Todo pasó el viernes 27 que al terminar de tomar el desayuno pasaron La vida es bella de Roberto Benigni. Nunca la había visto antes, pero quedé irremediablemente sensible (cosa que ahora ya es muy extraño que algo o alguien me ponga en ese estado).
Casi todo el día la pasé pensando en el personaje, y en su última marcha antes del baleo, no pude evitarlo… pensé en mi viejo.
Por la noche mi tía me llama y me dice: tu papá está viajando y llegará en unas horas.
Quise soltar el teléfono y saltar de alegría, me contuve, me brillaron los ojos…
Al día siguiente informaban que la policía recuperaba la universidad y que las labores reiniciarían.
Sólo pensé en la Teoría del caos en algo simple y universal: Todo ha vuelto a ser normal.
Tal vez en algún momento me abrume “la normalidad” y cuando eso pase, las cosas volverán a revolotearse para que después se creen nuevas cosas. De eso trata vivir, ¿o no?
Hasta un siguiente lunes.
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