
Había pasado tres días desde la audiencia en
el quinto juzgado penal, estuve apartado de todo el mundo que se mueve fuera de
mi cuarto –mi propio mundo–, donde ahora me encontraba clasificando papeles
(denuncia a los 23, denuncia a los 13, VIII semestre, VII semestre, RR.PP.
UNCP, Correo, Primicia, certificados, recibos Claro, etc.), vertiendo agua a
mis acuarelas...