lunes, 29 de noviembre de 2010

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Se te cayó el diente, huacón

“La semana de la calidad universitaria” fue puro relajo. Aproveché esos días para visitar Mito, ver Harry Potter y las reliquias de la muerte, soñar (cosa que no hacía desde marzo) y andarle de interpretador de símbolos oníricos.

Hace dos semanas pasaron el dato que la Huaconada había (y sigue siendo) nominada o candidata para hacerse sitio como Patrimonio cultural inmaterial de la humanidad al igual que la Danza de tijeras. No fue para poco, me sentí extrañamente contento… aunque me mantenía escéptico. Los medios locales sólo informaban, nada más. Sólo se comentaba, nada más. Sólo se rumoreaba, nada más, Sólo se decía y luego se olvidaba, nada más.
Uno de esos rumores, chismes, susurros o cualquier tipo de ruido convertido en noticia llegó hasta mis oídos: el fin de semana se hará una celebración especial en Mito por esta nominación, decía la narradora del noticio local. Bueno, como el año nuevo no creo podré pasarlo aquí, entonces fui con todas las ganas para ver nuevamente a loas huacones danzar alrededor de su plaza principal. Ufff… hace diez años que no retornaba a Mito.
Mito está a media hora (en bus) de Huancayo, si vas con tu troncomóvil… en veinte minutos por la margen derecha. (Más info del ditrito, en Wikipedia)
Llegué, me bajé en la carretera  y no veía nada diferente, el distrito seguía igual. Tuve que caminar la angosta callecita que lo une al mundo exterior. No se escuchaba nada… me sentía algo desconcertado, estaba a punto de decir: ¡PLOP! Pero no, ya a una cuadra de la plaza un sonido suave podía percibir. Pregunté a algunos pobladores si tenían preparado algo.
   -No, en año nuevo será.
   -¿Saben que ahora la Huaconada está nominada para ser patrimonio cultural inmaterial de la humanidad?
   -Así nos han dicho esos señores del canal 4 que están grabando ahorita en la iglesia.
   -O sea… no habrá nada.
  -Sólo los que están en la esquina han salido danzando para que los graben. Es que casi todos los que danzan no viven aquí, son de Lima o vienen de otros países.
   -Ah, bueno… gracias.
Fui para la esquina que me indicó y vi huacones, sí, los vi, pero con varias cajas de cerveza en el piso, ya no danzaban. No me animé a preguntar nada y fui para la iglesia.
Un reportero gordo, colora’o, cabello trinchudo y amarillento entrevistaba a una señora mientras el camarógrafo gordo, colora’o, altazo y rapado hacía tomas a la cúpula que ahora lucía unas pinturas (de estilo moderno, por así decirlo). La saqué unas fotos.
El altar daba la impresión de cercanía al cielo, las dimensiones se habían manejado bien: un Jesús elevado en rescoldo. Salí y me senté un rato para esperar y tratar de comprender el significado del monumento imponente a Poseidón (Neptuno) al centro de la plaza. Los reporteros también salieron y comenzaron a despedirse del pequeño grupo que ya se despedía entre sí. Comenzó a correr mucho viento, las nubes se tornaron plomizas y no me quedó otra que volver…

Ya Harry Potter se había estrenado hace dos semana, no pude ir al estreno porque estaba en parciales y andaba con las monedas contadas. Junté un poco para ir durante esta semana que pasó.
Mientras hacía la cola sólo pensaba que esta vez sí podré disfrutarla visualmente ya que no he leído el sétimo libro del cuatro ojos, perdón, de J. K. Rowling. Simplemente porque las veces anteriores ya había leído antes de estrenarse la película… como que me pareció que la película iba muy rápida, no me emocionaba mucho en las escenas de suspenso, etc… Mejor aún que esta última parte la han divido en dos, porque decidí primero, ver la película, leer todo el libro y ver la segunda parte. Obvio que los mejores finales se dan en los libros. Bueno… empezó la película, Snape entra a la mansión de Malfoy y… blah, blah, blah, véanla. Por momento Harry Potter o mejor dicho Daniel Radcliffe me provocaba cierta sorpresa porque ahora ya no lucía lampiño como antes, ya se le notaba la barba y bigotes a medio crecer, esos aires de tío al que yo tampoco puedo negar y que es bacán. Realmente toda esta saga me ha acompañado durante muchos años, más en los que un día usas chupón y al día siguiente un cigarro.

Tuve tres sueños diarios consecutivos.
Primero. Soñé que se me rompió un diente y sangraba a chorros. Tanto que ya parecía uno de los decapitados de Kill Bill.
Segundo. Me encontraba en unos pastizales y buscaba a alguien para que me pueda sacar la mitad de diente que aún permanecía como incrustada en la encía.
Tercero. Aquí sí fue más interesante. Seguía con el diente roto y con la encía sangrante, cargaba una tortuga galápagos en los brazos. Tenía que llegar a un cementerio, porque ahí se encontraba uno de mis tíos para que me extraiga el diente totalmente. Un río muy cargado me impedía cruzar, vi a un costado y un montículo de barro me ayudó a cruzarlo. Entré al cementerio que se estaba empezando a inundar, la tortuga comenzó a parir miles de pequeñas tortugas que tuve que ir rescatando del trayecto que tomaban hacia las zonas pantanosas. Hasta que pude llenar una caja con todas las crías y alguien me palmeó la espalda diciéndome: se te ha caído el diente, huacón.
Le conté a mi abuela y me dijo: alguien va a morir. Dudé y saqué el libro de uno de mis tíos, Gran enciclopedia de los sueños de Pamela Ball (no es boluda). Busqué la palabra diente, me mandó a la página 138: Cuerpo.
Y lo encontré.
Dientes: Popularmente, se supone que los dientes representan sexualidad agresiva, aunque, más bien, significan el proceso de crecimiento hacia la madurez sexual. Los dientes que caen o salen con facilidad indican que advertimos que atravesamos cierta transición, parecida a la que va de niñez a vejez e incapacidad. Si los dientes que caen nos causan angustia, sugieren miedo a volverse viejo y no deseado o ansiedad ante la madurez. Si una mujer sueña que se los traga, quizás exista una alusión al embarazo.
Eh… obvio, no estoy embarazo. No se me ha caído con facilidad el diente. Más claro que el agua no puede estar, coincide con mi edad, estoy entrando a mi etapa de apogeo sexual (por así decirlo). La sangre (Pág. 348) es portador de vida o fuerza vital… o sea, tengo que meterme al gym sí o sí. El cementerio (Pág. 114) eliminación de alguna parte de nosotros o que hayamos dejado de emplear… O sea, toca cantar “ya lo pasado, pasado, no me interesa”. Tortuga (Pág. 377) símbolo de larga vida… lo dudo, porque al final esa larga vida se me fue de a poquitos (crías). Agua (Pág. 50) purificación, limpiar la contaminación que experimentamos durante la vida, también renacimiento espiritual: fuerza de vida… redundante. Río (dentro de la palabra Agua) y cruzándolo significa que se avecinan grandes cambios… tal vez. Inundación (dentro de la misma palabra) estamos creándonos dificultades innecesarias… ya me lo dijeron una vez y creo mediante este sueño estoy siendo conciente de que por las… me he hecho un tacu-tacu de las cosas más simples.
Harry Potter y el diente (que son lo mismo) han influido en esta trilogía de sueños al igual que la tortuga y la Huaconada. Ahora que se me ha caído el diente, queda disfrutar de esta etapa, porque los cambios no se notan… se ven luego de muchos años.

Hasta un siguiente lunes.
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jueves, 18 de noviembre de 2010

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The Black Eyed Peas en Lima

Todo empezó hace seis años, cuando The Black Eyed Peas sacaron Hey mama y no había quino (quinceañero), despedida de semestre, tono, cumpleaños, reuna o algún evento chupístico que no la tocasen. Hoy, que pude estar en uno de sus conciertos pude comprobarlo: este grupo sí te pone bien las pilas, te dejan más cargado que el conejito rosado de Duracell y pueden llevarte a estados de euforia alucinantes.

Uno de mis discos favoritos es Elephunk, tercer disco de The Black Eyed Peas, un álbum realmente variado siempre marcado por sus toques persistentes de hip-hop, o sea, un hip-hop progresivo, más open. El tener la pista de Bo Mambo de Yma Sumac para la canción Hands up de por sí es meterse al bolsillo a todos los peruanos. Latin girls a toda Hispanoamérica y Where is the love? A todo el mundo. No, no haré el papel de un fonólogo, soy melómano –creo–, y lo único que puedo decirles es “si no han escuchado el disco completo, háganlo”. Disco que le valió la fama al cuarteto gracias a Shut up y Let’s get it started, que la califiqué como la mejor canción del 2004. Fui tan hincha que llegué a soñar con uno de sus conciertos y me vi tonenando con ellos. Para esa época a las justas llegaba Olga Tañón y era lo más cercano a un buen concierto que podíamos tener, hasta que la hija de Romulo Ratón, congresista de buena curul, bajo la ley “averiguar” bajó los impuestos para los conciertos. Ahora disfrutamos de conciertos como los de Kiss (que ya están reviejo), Greenday, Aerosmith, Franz Ferdinand, Oasis, etc… etc… y a la tía Olga Tañón no lo queda otra que irse a recursear a Arequipa y al norte… fácil en unos años la vemos hacer un festival con Marc Anthony y Dina Páucar en Chincha.

Los años pasaron, comencé a escuchar otros sonidos, ellos sacaron el Monkey Business, elevaron su fama, chorrearon energía en Pump it y se despidieron un muy buen tiempo.

Fergie, una divinidad hecha mujer fue la que primero sacó disco, The Duchest. Claro, pareceré medio fresa (hasta maricueca) mencionarlo, pero no había día que no escuche Fergalicious y me ponga a corearlo (en algunos casos bailarlo) en el verano del 2007. Hasta el 14 de febrero la enrolé con una anécdota de hotel.

Will.I.Am también sacó disco como solista. Aunque entre ellos se necesitaban, todos estábamos acostumbrados a escucharlos cantar juntos.

El año pasado sacaron The E.N.D, una patada al cerebro cuando lo escuché por primera vez. Imaginaba que tendrían que sacar algo que supere a sus trabajos anteriores, porque así son ellos. Ya eran otras épocas además. Ya no había quinos, sólo salidas de fin de semana con los amigos de la universidad, I gotta feeling era la imperdible ahora. Sin embargo Imma be Rocking that body es la que me llena de las mismas energías como lo hacía Let’s get it started. Esas mismas energías con las que el sábado 13 grité hasta quedarme afónico y salté (con las piernas adormecidas por 3 horas de espera).

Cuando estuve en agosto por Lima ya estuve enterando de la presentación que iban a hacer, así que ganas fueron las que me sobraron desde ese momento, fue como si parte de mi adolescencia se volcara hacía mí, más que una reminiscencia, y me volviese loco Black Eyed Peas nuevamente. Viajé el jueves de la semana pasada porque el viernes tenía que recoger el CD que ganó Malicha en la cuenta oficial de Facebook de los organizadores del concierto. La cosa era gane una de las entradas dobles viajen conmigo, pero por seis segundos quedó en segundo lugar… así que merecida su chapa: Malicha Flores Nano. De paso también para ver si el grupo se dejaría tomar fotos en el aeropuerto u hotel así como en marzo que fui a recibir con la gente a Franz Ferdinand antes del concierto roquerazo que ofrecieron.

Un viernes nublado. Fui a Santa Catalina para pedir el grandioso disco para no ver la cara de Malicha a mi regreso, la misma que habrá puesto Lourdes cuando le dijeron que por poquito “casi” gana. Debe ser horrible, más bien no he pasado algo así creo, aunque me hayan atrasado un montón de veces… bah, siempre he sido quedado para esas cosas.

Por la tarde fui a la cabina (en el que trabajé entre el 2007 y 2008 y ahora trabajo sólo en las vacaciones) y me encontré con el dueño, Antonio. Nos pusimos a lorear como siempre, y sí, no es que quiera meter chamullo o floro, pero siempre he creído que son pocas las personas con las que inicias una conversa y no quieres acabarla nunca. Me dio la cámara ¿de fotos? De Jesús, el otro pata que también trabajo allí, que previo acuerdo cedió prestármela nuevamente. Fui para Miraflores, específicamente mi destino era el hotel Marriot, sin embargo… me dio ganas de bajarme antes y caminar por la Costa verde para bisbisar el tenue sol que había salido. Antes solía pasear en bici con un viejo amigo por esa zona, ahora sólo me quedó hacer triking.

Llegué, me mezclé entre la chibolada que esperaba a las afueras de hotel gritando: “BacaYpis, BacaYpis, Pis”. 
Estuve como media hora con la cámara lista, y nada… estaba entre chiquillos de 14 a 16 años, casi la edad en la que empecé a escucharlos y me dio algo de nostalgia. Los minutos pasaban y naca la pirinaca. Así que para no aburrirnos tuvo que haber algo de chongo, unos chibolos escribieron en una hoja “Pelao” y usaron al botones (un señor negro y calvo) como su nuevo ídolo, lo más cercano que se vio a los Black Eyed Peas que fácil estarían resaqueados luego de estar de after party en Chile. Bueno, el que ahora sea una tendencia usar gente como puerquitos de burla, no es culpa de Tongo, ni de los otros.

Hubiese preferido seguir esperando, pero tenía que regresar a mi casa porque sólo había un juego de llaves y mi tío se quedaría en la calle, eso pensaba y dejé de pensarlo cuando vino a las 7 de la mañana del día siguiente. Bueno, todo monse me quedé a ver TV mientras me embutía de panes con queso Edam, no pude evitar, el viajé me dejó agotado y me fui al sobre para recuperar algo de energías para el día siguiente: el día más esperado del año.

Desperté y todo tembloroso me alisté, en mi mente sólo había una frase: BacaYpis, no, no, Black Eyed Peas. 

Tenía una invitación para almorzar en Chaclacayo y caballero: tuve que pasar por la carretera central que ahora es un caos y los carros toman más desvíos. Desvíos y no desviados.


Algo que sí siempre tendré en mente es que si me espera un concierto es no pedir chancho, ya que pedí un adobo arequipeño y me dejó la boca secaza.


Me bajé en la avenida Separadora Racial, perdón, Separadora Industrial. Chapé un carro porque no vi ni un mototaxi a la vista y con… había olvidado del cercazo que hay. Pregunté a un vigilante: Maestro, ¿cómo hago ahora para cruzar para el estadio? Mejor anda para allá (a la dirección de Separadora Industrial) porque para allá (lado contrario) caminarás ocho o diez cuadras.
PLOP

Caminé, caminé. Algunos pequeños grupos que también caminaban iban a los lejos. Refunfuñaba por tremendo cerco que luce adornado de flores, hojas, hierbas (no sé cuáles específicamente) y maleza.

Hasta que llegué y la cola para la zona en el que estaba corta aún. Tomé mi segunda botella de agua y desdeñaba las consecuencias que podría traerme. Ya en la cosa tocaba esperar hasta las 6 de la tarde a que abran la puerta, ahí me hice de un brother, Franz. Tomé mi tercera botella de agua porque la lengua se me estaba pegando al paladar superior.

Llegó la hora indicada y pasamos corriendo, logramos posicionarnos en la primera fila de la zona VIP. Sólo había un detalle: el concierto empezaba a las 9 de la noche. Nooo. Faltaban 3 horas y nica nos podíamos mover de ahí, ni al baño o acabábamos al final de la zona. Las horas se hicieron interminables. Es cuando la Teoría de la Relatividad de Einstein me llega adonde no me cae el sol.

Unas chibolas pitucas se pusieron detrás de nosotros. En plan de las 7 pusieron a un DJ más tela que sólo se puso a loquear con una pista y con el mismo beat. Nos ardían las piernas ya. Las chibolas se sentaron porque no tenían donde sostenerse, al menos nosotros podíamos hacerlo de las barandas que limitaba nuestro sector.

La gaseosa a 6 lucas, el chorizan a 10, un choropan debía llamarse. Se escuchaba mucho esta conversación con los que expendían.
   -¿A cuánto está eso?
   -10 soles, 10 soles.
   -¡Diez soles¡
   -Sí, ¿quiere?
   -¿No quieres metértelo al c*lo mejor?

Y lo mismo sucedió con la señora que vendía dulces, cancha y barquillos. ¿Cancha? Sí, para los salvajes.
Sólo que un poco de impotencia me embargaba cuando miraba la zona Platinium… snif. Desde donde pude haberle visto las yucazas al Fergie.

Nueve de la noche y nada. El DJ paró y todos aplaudimos, no por lo que hizo, sino para que ya se vaya.
Comenzaron a probar las luces y nada.

Nueve y media y nada… más luces y música de fondo.

Nueve y cuarenta y dos. Seguían las tandas comerciales en las pantallas gigantes que pusieron.

Nueve y cuarenta y cinco. Se apagan todas las luces y la gente comienza a gritar de la emoción. Todo está apagado y no se escucha nada hasta que…

En las pantallas laterales sale el rostro virtual de color verde (que es la porta de su disco) y comienza a darnos la bienvenida al concierto, unas luces circulan por el escenario, no lo podía creer. Un sonido resonante comienza a emerger del sonido y va en aumento. Sale APL bajo la luz verde, luego Taboo, entre gritos desesperados y vitores: Fergie y finalmente Will.I.Am. Todos con sus posturas a lo Power Ranger. Hey Hey Hey Hey Hey Hey ¡Liiima!

Arranca el concierto con mi canción favorita: Let’s get it started. Taboo, que habla bien el español por ser mexicano, nos dice que es el último concierto de su gira The E.N.D.

Siguen con Rock that body que nos hace saltar como si nunca lo hubiésemos hecho y mover los brazos como los robots plateados con brazos de parlantes que danzaban alrededor de ellos.

Con un ¡Hola Perú! Fergie arranca contorneándose (entre suspiros de chicos y chicas que dicen: me vuelvo lesbiana) y Meet me halfway pone el escenario como un universo.

Will.I.Am continúa con el piano rojo y Alive es la siguiente canción.

El primer single del Monkey Businnes y ya raramente cantada en sus conciertos: Don’t punk with my heart. Todos salen de escenario y queda Will.I.Am que comienza a rapear con los mensajes que le llegaron desde los Blackberry y con un corito muy contagioso como “In Liiima, in Lima, Perú, Perú, Perú”. Fue en ese entonces que me emocioné más sin recurrir a saltar y gritar… era otra emoción, porque estaba sintiendo la esencia de los negritos ahí.

Vuelven con nuevos trajes y la emocionante Imma be comienza a mover nuestros cuerpos, llamo a Malicha para que escuche el concert. Llega la parte en la que bajan la velocidad de y comenzamos a cargar con ¡On and on and on and o and ON AND!… me pareció perder el control, que mis dientes se han salido y tengo el alma afuera, tengo más energías que nunca.

Fergie y APL se ponen a gilear… y suena el trompeteo de My humps. El escenario se convierte en los amplificadores de un equipo de sonido. Fergie queda sola y dice: The peruvians latin’s mamas y… sí, la más esperada: Hey mama. No aguanté y me puse a bailar como un loco y todo el escenario tomaba forma minimalista con el título de la canción. La continuaron con Mas que nada… que menos me gusta.

Vino la caída de Fergie mientras cantaba Missing you.

Ahora tocaba que cada uno salga a hacer su personal concert. El escenario cargaba a cada uno como si fuesen androides.
APL y su Bebot. Causó más furor cuando hizo sus pasitos de baile como en el video clip de Hey mama.

Para Tabbo las pantallas fungen de juego de arcade (famoso en los 90 por Sega) y sí, lo admito, se metió al bolsillo a todo el público luego que en medio discurso se le quebró la voz por la emoción. Su español mexicanizado igual convención. Hasta que dice: quiero presentar a un buen amigo que es colombiano. Todos nos quedamos frío. Juanes… que sale en las pantallas. Claro, una grabación… y la bandera peruana aparece en todas las pantallas. Canta, Latin girls y La paga… se despide con un trans de los noventa y todos quedamos más que felices.

Ahora tocaba la parte más alucinante…

Will.I.Am… I.Am.Robot
Una nave desciende (formada por las pantallas), los sonidos psicodélicos le dan más ese aire futurista. Y sale… él, vestido totalmente de platino hasta los ojos. Llega hasta la parte central de la pasarela rectangular puesta. ¿Quieres mash? Levántate y parte de su cubículo se erige… entonces el tono se arma con canciones como Thriller, Sweet dreams, Otherside, Smell like teen spirit, The time (el nuevo single de su próximo disco) y más… vuelve a su nave y despega.
Le sigue un intermedio con un video bien pastrulo.
Regresan con Pump it que nos hace delirar, la continúan con Bow bow poom que hace sentir al público en otra dimensión.

Ya antes de irse Taboo pide formar un corazón con los dedos para cantar Where is the love?

Y el fin de fiesta: I gotta feeling. Agradecen, salen paleitos y forman un manto de felicidad. Es el último concierto, claro. Se lo merece. Y con eso The. E.N.D

Salgo acompañado de Franz, quien también tiene las piernas adormecidas y está afónico. Fuimos lateando hasta la avenida La Molina porque no había un pito carro por la Javier Prado Este y como él vive en San Miguel… teníamos la misma ruta. Ya entre Sucre y la Av. La Marina nos despedimos. Llegué como a las 3 de la mañana y me quedé realmente feliz para dormir.

Al día siguiente volví a la cabina para bajar lo que pude grabar y fotografiar del concierto y devolverle la cámara a Jesús.

Andaba agujaza (misio), fui para el terminal y tomé un carro que ni se llenaba. Nuevamente la carretera central adornado de propagandas, cantantes folclóricos contemporáneos que ya parecen albinos. Contaminación y más smog.

Llegué casi de madrugada y Tefa me llama: Pete, te he estado llamando toda la tarde. Mañana empiezan las parciales.

Me quedé sin palabras y me puse a dormir.

Hasta el próximo lunes. Aunque esta semana haya sido un miércoles de infiel.
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lunes, 8 de noviembre de 2010

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De ratas

Otro lunes, no… esta vez no es feriado. Ahora sí a despertarse temprano, darse una ducha, echarle agua al bonzai que nunca crece, ver el horario de la universidad para ver qué cursos tocan o qué tareas habrá que hacerlas en clase recién. Hay momentos en los que la improvisación ayuda mucho a crear obras maestras o tremendas tonterías y al final terminan dándote un 10… ó 10,5 (para pasar piola).
 
Durante esta semana hubieron tantos temas como chibolos tiene Lucía de la Cruz… ando medio tela, excepto que perdí y/o hurtaron el celular: mi amado Samsung GTM-2510 rojo. Si Borges estuviese vivo ya me andaría aconsejando que cierre las entradas al Aleph que tengo en el bolsillo y sí, 100% comprobado, cada fin de semana que voy a poner a lavar mi ropa –específicamente mis pantalones – encuentro de todo: boletos, chapitas, cañitas, fichas, resto de Doritos, clips, DNI, botones, botones, envolturas, ganchos, etc… etc… Porque creo ser el monse que no le gusta tirar nada a la calle, culturalmente monse (resalto) ya que así debería ser. Detesto ver cómo las combis pasan volando y a su paso dejan un camino de basura, esas manos medio ennegrecidas (o por la basura o porque no se bañan) salen por las ventanas y sin clemencia alguna tiran cualquier cosa que no les sea útil, ojala algún día los vea tirar sus cerebros también debido a que no los usan para eso. Por favor, compañeros y compañeras, tengamos la ciudad limpia, sino más ratas vienen y ahora les tengo más tirria a las ratas por manilargas. (Ahí les dejo como tarea la analogía que hice)

Algo que me gustó de esta semana fue que hace dos días vi Tesis de Alejandro Amenabar, aunque no tanto me alegró, sino me estrujó los nervios y me puso el corazón bailando alrededor mi boca, qué tal suspenso… cuando la chica estaba por… no, no, no les contaré, véanla y muéranse en el suspenso que sumerge esta peliculaza. Los otros le queda un chancay de a veinte. Y siempre recordaré lo que mi profesor de Artes Gráficas mencionaba en clase: No todo lo que sea hecho con la mejor tecnología tiene que ser de bueno –en cuanto a fotos–, he visto fotos con cámaras compactas mucho más desarrolladas que con cámaras profesionales.
Por eso siguen vendiéndose como pan caliente las películas clásicas, las ópera prima de varios directores “ahora” famosos… uuuf, ya me dieron ganas de ver algunas de Hitchcock y Pasolini, ¿a ustedes no? 
Los negritos y la ricura de Fergie, o sea, The Black Eyed Peas ya están a cinco días de presentarse. Por fin tengo mi entrada en zona VIP… parece, ¿no? Pero no estoy adelante… estoy en la cuarta zona y espero verlos apropiadamente bien o sino me dedicaré a hacer chongo cuando toque Hey mama. Espero nomás no terminar afónico como en el concierto de Franz Ferdinand en marzo. Lo que sí, todo enfermito viajaré unos días antes para irlos a recibir al aeropuerto, tal vez amanecerme a las afueras del hotel, llorar con mi cartel en la puerta… ja, ja, ja. No, ya estoy viejo para eso. Los chibolitos enfermos de los grupos que han formado en el Facebook que se encarguen de eso, yo sólo quiero mi foto con Fergie que me ha dado las mejores noches húmedas que he podido tener.

Bueno, para el próximo lunes tendré las calientitas del concierto. Por ahora tengo que terminar tres trabajos que tengo para esta semana, tres tristes trabajos te ponen triste.
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lunes, 1 de noviembre de 2010

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Por fin un lunes feriado

Al fin un lunes feriado.
Hágase la luz: Lunes de fiel, mi nueva bitácora, blog, página, bloc, web, webada o como refieran mis patas cada vez que opinaban mis post para Ulrike World que ahora yace en mejor vida.
Hoy tengo muchas tumbas que visitar y como que no me alcanzará tiempo para llevarle flores, cambiarle el agua a la botella de plástico, prenderle velitas o (en caso me sobre la plata) ponerme con una banda y hacer del cementerio un tonazo a lo Tim Burton.

¿Por qué cerró Ulrike World?

Bueno… desde que creé ese blog, nunca tuve un horizonte determinado, más que nada, terminó como una pachamanca donde había todo menos carne. Aquí me siento más libre, en cuanto a formalismos, eso para los trabajos de la universidad. Además en Humbert Humbert está más claro que el agua, aunque siempre he nadado en aguas turbias, ya fue la etapa Lolito y/o Humbercito.

¿Por qué Lunes de fiel?

Hace dos semanas quise chequear blog de un muy buen gran amigo, pero vaya sorpresa… NO EXISTÍA MÁS. Era lo único que me permitía conectarme con él ya que hace mucho tiempo que no nos vemos. Decidí tomar el nombre: The bitter moon, pero me sentía como en las pruebas de Álgebra en el cole. Como en factor común era la película mañosaza de Roman Polanski me fui por el título en francés, que por ser lengua romance, se presta para la cochinada y Lunes de fiel me pareció paradójico, aunque eso lo hubiese dicho hace dos o tres años porque era más libidinoso.

Lunes, sí, todos los lunes, caserita, caserito (con ese), postearé esas cosillas que ya dejé de escribir en mi diario. Como que la costumbre a la que me sometí desde los nueve años no me dejará. Tengo necesidad de escribir lo que me pasa y tal vez de que me lean, ¿quién? Ah… este… ya iré teniendo seguidores, creo…

Ahora sí, hecha la introducción, que es lo que le gusta más a mi amigo Pepito (de quien hablaré más poco a poco) , contaré este fin de semana de brujas y calabazas (las que no hablan, porque las que hablan sólo saben pedirte la tarjeta de crédito).

El viernes 29 tomé mi segundo Hugo, el de chirimoya con laxante creo porque luego estuve como media hora internado en el WC y ya desde ese día me proyectaba para el fin de semana.
Malicha, una de mis mejores amigas de la universidad, alias “Chetes” (de cachetes)… este… dile que se voltee y comprenderás por qué. La cosa fue que me dijo que una de sus tías hacía tono el 30 e incluían estripers, así que no dudé en decirle sí, o mejor dicho no dudé en pensarlo, pero sí en decirlo.

El 30, previos al Halloween, ya toda la gentita se alistaba para ponerse disfraces y yo me ocupaba toda la mañana en arreglar mi cuarto… creo desde junio no lo hacía debido a que en julio fueron las parciales, viajé a Arequipa y me quedé todo agosto en Lima. Sentí mucha satisfacción (en el buen sentido) al reencontrarme con mis libros (en especial), le di un ojo a cada uno mientras les sacaba el polvo (a los libros). Por la tarde empezó a llover y preferí quedarme leyendo una que otra revista. Mientras veía El especial del humor cenando un chaufón que trajo mi tío –porque una casa sin mujeres es todo menos casa–, llama Malicha y salgo disparado, misio… o sea, con dos soles con veinte céntimos y una ficha para jugar Street Fighter.

Llego a la fiesta, casi todos mayores de treinta años, entre ellos Malicha me pasaba la voz para ir a la esquina donde estaba con Tefa, su hermanito (que mide 1.74 cm aprox.), Nadine y Dianita Pastrula (que siempre me repite no le diga así). La cosa era ir a la discoteca Max Oh. Luego de la cena –sí, otra vez cena, carnero al palo– quisimos quitarnos, pero Malicha y Dianita Pastrula la veían verde porque el día anterior se fueron a tonear hasta que su mamá las agarre a zapatillazos por llegar tarde, aunque Malicha afirma sufrió menos porque el alcohol minimiza el dolor. Lograron persuadir a sumamá so pretexto que Nadine cumplía años hipotéticamente. “Sólo hasta la una de la mañana” nos dijo, pero como son dos hermanas: hasta las dos. Hay que ser buenos en el cálculo para esas cosas también.

Llegamos al Max Oh, la entrada estaba abarrotada de gente. Para variar, Malicha llamó a un amigo y entramos gratis nuevamente. Más que una discoteca parecía un sauna, encima yo era el que menos tonero se había vestido, tuve que sacarme sólo la chalina, la chompa jamás porque me daba vergüenza mostrar mi polo de los Looney Toones de Gamarra. Sobre la pista de baile se habían montado una carpa de algodón extendido (en usanza a la tela de araña) donde colgaban bichos de plástico, el ambiente estaba muy bueno, pero el bendito calor era insoportable, más calor provocaba cuando veía a varios adolescentes perreando frenéticamente y sudando en litros. Por un rato busqué a la amiga de Dianita Pastrula que conocí en un tono anterior, no la encontré y seguí bailando con Tefa, mientras su hermanito bailaba con Dianita Pastrula. Mientras la rutina quería poseer nuestros cuerpos abrumados por la bulla, Malicha se encontraba ya en pleno escenario perreando exageradamente con el conejito de Club, sus piruetas más parecían a los que veo en Animal Planet al extremo, no duró mucho y todos en coro: ¡que se vaya!

A las dos de la madrugada volvimos a la casa de la tía de Malicha, ¡sopresa! Los payasos de La hora loca ya estaban en pleno show, me quedé un ratito más y fugué para mi casa: directo al sobre.
Ayer me desperté a las once de la mañana y con la necesidad de volver al internado del WC. Fui a comer pachamanca, luego a ver Piraña 3D. Recomendación: esta película es la prueba de fuego para los que piensan postular a medicina o todo enfermito que le guste ver más de 2144352543 litros de sangre. Bueno… creo que –no tanto así– era necesario ver esa película, es que El secreto de sus ojos sólo estaba programada para las 21:30, además desde el miércoles estoy asistiendo al ciclo de cine europeo que está proyectando la Alianza Francesa y para no parecer tan posero me puse mis lentes 3D a ver cuerpos a medio masticar.

Al salir y caminar por la calle Real me mareé al ver tanto mocoso disfrazado o enmascarado con su calabacita de plástico pidiéndote caramelos, ¿acaso ya han olvidado que sólo se pide caramelos en las tiendas y/o casas? O sea, un transeúnte común no está en la calle con sus bolsita de caramelos, claro, a menos que sea uno de la mancha de Michael Jackson que hoy hacen su agosto. Así que animé a mi pata para tomar un par de cervezas en el Galeón (mi bar favorito) hasta que las veredas bajen su densidad pueril.

¡Pero nooo! Parece que la calle está dura para los chibolos también porque hasta a los bares entran a pedir caramelo, sí, esos de licor y la señora que atendía cómo los abastecía, me quedé algo anonadado. A las pruebas me remito, logré tomar unas cuantas fotos. Mírenlas.

Al final deduje que estos pequeños no tanto entraban a pedir caramelos sino a buscar a sus viejos por encargo de las mamás que los esperaban afuera.

De retorno a casa me puse a escuchar el disco de Brandon Flowers, Flamingo, que está muy tranqui e indie. No quise salir, apagué el celular y me puse a recordar cómo con el buen gran amigo que hablé en un comienzo detestábamos los lunes, porque es el día en el que da más sueño y le pones “sueñecito” como cinco veces al despertador del celular, las reunas del directorio en el trabajo, entrega de trabajos o exposición en la universidad, etc…
Y hoy es lunes, en el que todos descansamos, empezamos la semana resaqueados y nos alistamos a llevarle flores a algún muertito que nos espera.

Hasta el próximo lunes.
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