lunes, 7 de marzo de 2011

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La muerte es volátil

Fernando, mi abuelo de línea paterna, es carpintero, su especialidad es hacer jaulas para conejos, cuyes, gallinas y todo aquel animal que lo necesite o sea obligado por su dueño; otra es hacer baúles, por eso cuando cumplí veinte años le pedí uno y hasta ahora sigo esperando.
En su séptima década tuvo un pasatiempo más entretenido: adoptar animales.

Saha preñada
El 2008, año que regresé a vivir a Huancayo en la casa sólo había un perro blanco con manchas negras, una específicamente le cubría la mitad de la cabeza, por eso lo llamaron Pirata, y un gato de pelaje rubio, éste tenía una historia felina: su progenitora visitó el cuarto de mi abuelo que da a la parte “antigua” (como lo llamábamos) que está construido de adobe y quincha; visita por azar tal vez, mi abuelo la adoptó -a la fuerza-, la encerró en su cuarto, le dio comida y cama, no fue para más: el instinto de los animales cumplió su proceso natural. Luego parió -no, de mi abuelo no fue, claro-, pero fungió de papá ya que la gata desapareció cuando sus tres crías ya podían caminar, sólo quedó el más parecido a la madre, los otros dos fueron adoptados por familiares lejanos.
Cuando le pregunté a mi abuelo cómo se llamaba, sólo me dijo “No lo sé, le llamo como Michi y viene”, entonces se llamará Michi le respondí. Traté muchas veces jugar con él y acariciarlo, sin embargo, huía. No me quedó otra que sólo ver la fidelidad que le otorgó a mi abuelo, me pareció muy raro verlo esperar en la puerta y seguirlo hasta su cuarto como si se tratase de un perro.
Los meses pasaron y pude rozarle el pelaje un par de veces, eventualmente aprovechaba en sus momentos de juego con Pirata.
Clarita
Durante diciembre, época de lluvias, Michi desapareció y mi abuelo sufrió una leve esquizofrenia al tercer día que tocó la puerta y dentro de su casaca tenía un gato muy similar aunque tenía el pelaje fino y suave. “La vecina de la esquina lo tenía, lo vi en su puerta y como está lloviendo lo traje” me comentó de una manera rara y con un tono angustiado, le espeté que no era ése su gato y no recibí respuesta.
El animal se quedó, fue dócil con todos que pensábamos era macho hasta que apareció con el vientre abultado, entonces decidí ponerle nombre: Saha. Ya que en esas semanas leía La Gata de Colette.
Saha tal vez fue la iniciadora de una estirpe que hasta hoy persiste. Tuvo cuatro crías, de las cuales, una murió de un pisotón que le propinó una de mis tías por casualidad, el que salió de color negro fue regalado a otro familiar lejano y sólo quedaron dos crías: Leo y Clarita, el macho de pelaje rubio y la hembra de pelaje plomizo. Saha desapareció repentinamente cuando ya los pequeños comían y corrían por la casa.
Ambos gatos fueron queridos y engreídos, más por mi primita Belén que retornó con mi tía Carito de España que ya venía embarazada, al dar a luz, la cantidad de animales tenía que disminuir y para eso Clarita tenía dos crías lactantes: Sonata y Diego, en total cuatro gatos a quienes dar de comer.
Amamantando a sus bebés
Regalé a Clarita y Sonata a una tía de línea materna, Diego fue el único que se quedó en casa, un gato negro con el pelaje voluminoso como el de un angora. Muchas noches saltó por la ventana del baño de mi habitación y durmió sobre mi cama hasta que llegó a la madurez y quién sabe qué gata le daba calor.
A mi abuelo le dejaron de gustar los gatos y un día sucedió ese cambio.
Llegué de la universidad y tenía entre sus manos a un pajarito con las plumas removidas. “Diego lo agarró en el aire y estaba por comérselo” me contó con un congojo especial que sólo  se da para los animales, vi a Diego que salía de la cocina con varias plumas pegadas a la boca y el cuerpo, sólo atiné a molestarle porque soy muy cobarde para agredir a un animal.
Pusimos al pajarito en una caja de pop-corn que dan en el cine, tenía dos heridas en el cuerpo y el ala derecha con pocas plumas para volar.
Mi abuela lo metió a una jaula vacía que se encontraba en la azotea para que no se asfixie, le dieron granos, por dos noches lo bajó a su cuarto en la caja para que el frío de la sierra no lo mate como lo hizo con un muerto que fotografié cuando hice prácticas en un periódico local.
El pajarito ya estaba casi recuperado, pero un día llegué tarde a casa, y nos olvidamos del pajarito que seguía en la jaula de la azotea. A la una de la mañana mi abuela me dice que suba para recogerlo.
Me abrigué lo suficiente y subí. Alumbré la jaula y sólo observé una caja volteada, busqué nuevamente y no lo encontré, imaginé que mi abuelo se lo había llevado para abrigarlo, todo fue un supuesto, saqué la caja y allí estaba, con la cabeza recostada en la superficie, con los ojos cerrados, me quedé en silencio, el silencio que me congeló el corazón, no quise tocarlo, cerré la puerta de la jaula, bajé rápido horrorizado, como volando y pensé que después de todo ese pajarito había vuelto a volar, a estirar las alas, a salir de sí, a ser libre. No era cierto, aquel pajarito se había convertido en un ave gigantezca que iba a mis espaldas y quería llevarme. Prendí todas las luces y entré a mi cuarto. Mi abuela preguntó por el ave, sólo le respondí que estaba muerta, ni ella me lo creyó en un principio. Quise quedarme dormido lo más rápido posible, no quise asimilarlo y más cuando ella dijo: “Ahora qué le diremos a Belén que se había encariñado mucho con el pajarito”.
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lunes, 28 de febrero de 2011

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Un zancudo en el mar

A más de dos años he vuelto a visitar una playa, en un comienzo sentí temor para lanzarme a nadar, pero tuve que despojarme todo aquello que me inhibió en esta semana para volver a sumergirme en ese inmenso mar que me provoca desde que tengo ranzón.

El verano en Lima es conocido porque la gentita va a la playa, comer harto helado y chupete –algunos marcianos se comen entre sí-. También aumentan los mosquitos o zancudos como los llamamos por acá, y qué hacemos para que jodan con sus piquetes… bueno, usamos repelentes, Raid –si, no tienes mucha plata, Sapolio-, es casi inevitable. Es por eso que aparecemos con granitos rojos en cualquier parte de cuerpo y nos lo rascamos como perros piojosos. Siempre he luchado contra estos zancudos que zona traídos por los jardines que hay cerca al departamento donde vivo. Sin embargo, me ha tocado sufrir lo que sienten estos insectos.
Soy un zancudo.
 Me he sentido repelido, una amenaza. ¿Cómo? ¿Por qué? Hace dos años me contagié de Hepatitis B y luego de pasar ese trauma ya había dejado de sentirme como un monstruo, pero nuevamente me han hecho sentir así y es terrible cuando alguno de tus mejores amigos (aunque en este caso sea sólo uno) ha sentido dudas de verme por un posible contagio.
Estuve varios días sintiéndome como Frankestein que fui mutando en el mismo animal en el que Gregorio Samsa se convirtió, porque desarrollé una coraza que me inhibió de muchas cosas. Fue como si de un momento a otro le desarrollé miedo a todo o que debería ser tanto como para los objetos como para las personas.

El zancudo y el mar
Ayer fui con mi amiga Tefa al balneario de Punta Hermosa.
Con sólo ver las olas desde la orilla me emocioné para volver a sumergirme en plena formación de una y no ser golpeado como los demás que chapuceaban como renacuajos.
Nuevamente sentí una pesada coraza que me impedía nadar hacia el fondo, tenía que sujetar a mi amiga hasta que fuimos llevados por una ola engañosa y acabamos tirados en la arena.
Volví solo, no necesitaba sujetarme de nadie. No necesitaba pensar en nadie, sólo concentrarme en poder entrar, debía estar allá, donde las olas no hacen nada, no golpean, te mueven.
Avancé, me sumergí y estaba ya en el fondo mientras una ola descomunal se formaba y parecía caer antes de lo debido, iba a caer sobre mí. Tuve miedo nuevamente, dudé. Dudé y dudé.
Miré el cielo y volví a la orilla. Había superado algo más allá de aquella ola. Me sentía nuevamente bien, tenía confianza sobre mí mismo, así que ya nada más necesitaba.
El zancudo se perdió entre las olas del mar y salió humano.
 Hasta el próximo lunes.
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lunes, 14 de febrero de 2011

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Día de San Volantín

Hoy es lunes, ¿en serio? Sí, porque ni me percaté que llegó el celebrado 14 de febrero… A diferencia de los años anteriores, no he recibido miles de correos para decirme: “Ingrato, escribe”. Sólo sé que hace dos días creo haber brindado en memoria de todos esos amores efímeros… bueno, todos terminan siéndolo.

Hasta ocho horas continuas duran las lluvias en esta ciudad. Sólo leo en los periódicos locales cómo se inundan las zonas más pobres y me quedo con un nudo en la garganta sin poder reportarlo… por eso estuve bajoneado, no me quedó otra que quedarme tras la ventana viendo el cielo nublado terminando de escribir relatos que dejé inconclusos.

No soy pollo, aunque más parezco codorniz, pero mejor voy al grano.

Había una vez… no, así no empieza. Érase un sábado que un pelado salió junto a pata (pelado en potencia) a chupar (tragos), fueron de aquí para allá porque todos los bares estaban llenos.
-Rebobinando- Sólo vimos a bastante gente parada en el umbral de los locales mirando como media hora cómo caía la lluvia, tal vez estaban multiplicando la gravedad por su masa para comprobar la velocidad de cada gota de lluvia. Pedimos permiso para entrar a uno que parecía disponible, notaron nuestra presencia y retornaron primorosos a calentar sus sillas o moverse al son de la voz de una zambita que tenía una gran… repertorio, porque cantaba desde las más antiguas de Eva Ayllon, pasaba por Marisol, Shoking Blue… uuuf, sólo le faltaba cantarse un remix de Lady Gaga y Sonia Morales y a esta tía sí que se le podía llamar versátil. ¿Dónde la encuentras? Está en Los Balcones, entre los jirones Puno y Arequipa -ojala me den una jarrita por hacerles propaganda-.
Y nada… todo seguía lleno, y si habían bares libres… vendían exclusivamente chela (helada) y lo que buscábamos era un vaso de whisky para cada uno.

Como último recurso: la Rústica.
Qué raro miraba el vigilante a mi pata antes de entrar al Real Plaza, hasta que entendimos el porqué con las millones de miradas que se dirigieron hacia nosotros en la puerta de este local, ¿qué había pasado? Una radio (no lo diré, no, no, ya pues… Studio 92) estaba organizando una fiesta sólo “para chibolos”. ¡PLOP! Así que de regreso al centro.

¿Adónde ahora?
La noche estaba más llena de preguntas que de estrellas. No quedaba más que ir a un local que tocan música latinoamericana y chupar chela.

Al mismo estilo de Natalie Portman tuvimos que cruzar las calles o nos mojábamos las tabas… y llegando a la esquina de los jirones Cuzco y Ancash veo detrás de una mampara en una tele de 42 pulgadas (más o menos) el video clip The Hardest Part de Coldplay, me emocioné, casi salto… y como si estuviese en mi casa entré, un mozo afable me dice que tienen calientitos, chela y más chela, sin despegar la mirada de la pantalla le pregunto si tienen whisky, me dice que sí… ¿etiqueta roja? La noche se armó. I was happy!

Uno: La parte más dificil

Me fue inevitable no evocar algún recuerdo mientras una viejita de ochenta y cuatro años hacía piruetas junto al joven Spencer y Chris Martin tocaba el piano.

And the hardesr part
Was letting go, not taking part

Habían pasado cinco años desde que salió esa canción y todo un conjunto de momentos regresaron y se hicieron sitio entre mis pensamientos.

I could feel it go down
Bittersweet, I could taste in my mouth
Silver lining the cloud
Oh and I wish that I could work it out

Lo de bueno es que fueron tiempos en los que tuve partida para llegar a la eternidad en algún momento.

Dos: Sentir

Las cosas se volvieron en blanco y negro porque empezaban a tocar un piano, era suave y con un solo ritmo: Feel de Robbie Williams.

I don’t wanna die,
But I ain’t keen on living either.
Before I fall in love…


Me pareció caminar nuevamente por las calles de Jesús María, inmerso en una conversación interminable, me sentí tan cómodo como aquella vez.


I just wanna feel real love,
Feel the home that I live in.
’cause I got too much life,
Running through my veins, going to waste.


Fue tan real que sentí ese aroma que desplegaba el cuello al que quise junto a sus demás partes que me permitieron explorar un mundo inimaginable.

La noche se convertía en madrugada en pleno llanto.
Las demás personas del local cantaban La playa de la Oreja de Van Gogh, pero creo lo hacían porque las calles parecían una.
Ya cuando todos se fueron, pedí un video de Radiohead y pusieron Creep.

When you were here before, 
Couldn't look you in the eye
You're just like an angel, 
Your skin makes me cry


No bebí, absorbí todo el líquido de mi segundo vaso y salí tarareando “But I'm a creep, I'm a weirdo, what the hell am I doin' here? I don't belong here”.

Al final creo canté una gran verdad. Quienes me conocieron dirían los mismo, aunque haya acabado más mojado que cuando llegué a mi casa.
No siempre se da la misma constancia luego que todo acaba… las relaciones se diluyen por diferentes cosas, se dilatan y se hacen un trabajo más pacienzudo mantener contacto.
Todos terminamos olvidándonos en algún momento de alguien o de su cuenta de Facebook, o de su Twitter o de los post de su blog.

Feliz día.
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jueves, 3 de febrero de 2011

Yo sólo quiero escribir

No cesa la lluvia. Van más de seis horas, pero gracias a la buena mojada que me dí pude liberarme de esa sombra negra que me dejó la negación de contrato en la redacción de un diario.

Esta pequeña historia se inició desde la última semana de noviembre del año pasado cuando mi profesor de Redacción Periodística IV me menciona que en el diario local estaban convocando para hacer prácticas pagadas, desde ese momento ya me temblaban las piernas por la emoción que me provocaba sólo imaginar el que se llegue a concretar.
El 27 de diciembre por la noche viajo a Lima para rendir unas evaluaciones, unas cuantas, unas cuantas preguntillas, razonamiento matemático, razonamiento verbal, cultura general, ceviches, huevos y sandías. Sufrí de un deja vu antes de retornar a Huancayo.
Esperé, esperé y esperé.
Culminaron las clases, empezaban las lluvias y seguí esperando.
Un viejo amigo de Lima llega de visita con su mamá, aprovechamos la ocasión para irnos a tomar unas cuantas cervezas a mi bar favorito, El Galeón. Mientras íbamos por la… octava botella… suena el celular, una señorita me dice pausadamente que al día siguiente me presente en la redacción del diario.
El 12 de enero llegó.
Entré junto a la otra chica practicante, nerviosos. Un señor gordito y de bigotes nos presenta con todos, nosotros aún algo tímidos saludamos.
Desde ese momento sentí que me arrojaron al mar y empecé a nadar, nadar y nadar.
Vinieron los muertos, la corrección de los editores, los viajes, la ideología empresarial, la entrevista a los directores de las sedes de los ministerios, caminatas por los mercados, parques, asentamientos humanos, aquí, allá, buena comida a bajo precio, huariques, gente muy colaboradora, gente para mandar a la mismísima y todo lo que me ha gustado hacer más: caminar, tomar fotos y escribir.
Diecinueve días se pasaron volando, entre los buenos momentos con los compañeros que gané y las grandes cosas que nunca aprenderé en la universidad.
Hasta que para el fin de mes el director me menciona que rechazaron mi contrato por no haber presentado mi carta de presentación y la firma del jefe de prácticas de mi facultad.

¿Cómo es el cau-cau?
Todos están de vacaciones, he callado en todo momento que según el reglamento escrito en un pedazo de mármol rectangular, sí, así como en los Picapiedras, señala que sólo se pueden hacer prácticas culminando el sétimo semestre, recién pasaré a sexto, visité momentáneamente mi facultad, el decano estaba de viaje, llamé al jefe de prácticas, quien muy amablemente me dijo que no puede firmar nada porque iría contra las reglas, además caballerosamente resaltó mi condición de no estar en el semestre correspondiente: “mucho menos, no se puede hacer nada”.

¿Qué me queda?
Estudié el reglamento y puedo hacer dos maniobras.
Uno. Aceitar y meter más lubricante corriendo el riesgo de ser sancionado por la universidad.
Dos. Esperar terminar el sétimo semestre, ya no insistir más e irme a Lima para aprovechar del verdadero verano y ganar algo de dinero.
Estuve en un estado de inconciencia o usé mecanismos de defensas para no asimilar lo que me había pasado. Pero por dentro sentía miles de hilos que se entrecruzaban y jodían más algo que puedo llamar alma.
Necesitaba canalizarlo, necesitaba liberar ese tremendo bulto que ya fastidiaba.
Hoy. Me desperté tarde, fui a quitarme el cabello por completo, visité a mi mamá y a mis tíos que me invitaron a almorzar como tres veces.
Regresé. Llamé a mi amiga Tefa para salir por la tarde… porque los mejores amigos para eso están. Nos encontramos a las siete de la noche y fuimos al cine para ver Red social, compramos golosinas en PlazaVea y nos los metimos en las prendas, porque estamos de bajo presupuesto (propio de nuestra edad).
Al salir una inclemente, bárbara, estrepitosa, sediciosa lluvia anegaba las calles, vimos como buzones del desagüe rebalsar y crear piscinas.
Caminamos, corrimos, nos reímos como nunca.

Fue así que me sentí recuperado, con los pensamientos más claros y los calcetines mojados.
No me costó nada secarme la cabeza porque no hay cabello alguno.
Me senté a escribir.
Lo que menos preocupa es saber si lo hago bien o mal.
Me siento bien porque lo único que quiero hacer siempre, porque es lo único que he amado con gran intensidad es escribir.
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viernes, 31 de diciembre de 2010

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El sonido del 2010

Para no repetir el mismo floro de todos los años, dejo los links de los dos post anteriores: El sonido del 2008 y El sonido del 2009 (Haz clic). 

Y este año los que se ganaron un rinconcito en mis orejas y estuvieron en mi teléfono móvil muchos meses son:


Stylo - Gorillaz


El año empezó bien con estos animados personajes y su videoclip en el que son perseguidos por el abuelito Bruce Willis. Esta rola siempre la escucho cada vez que estoy de camino a la universidad y alucino mejor que con un wirito. 


Bad Romance - Lady Traca, perdón: Lady Gaga


Dudé y sigo dudando por poner esta canción. No lo dudo, tuve una época que coreaba e intentaba emular la coregrafía (Uno tiene derecho a liberar su lado femenino de vez en cuando). Es buena la canción, la mezcla, el videoclip... pero tampoco es para tanto, ¿o sí?


Sólo un momento - Vicentico


Vicento volvió y no sólo al país en un festival de música, sino con nuevo disco y no-sé-cuántos kilos menos, o sea, otra vez flaco, pero viejo. El disco, de mismo título tiene canciones como Sabor a nada (original de Palito Ortega)... más guitarras y las letras que caracterizan a este argentino. El videoclip... lo veo pocas veces porque quedo hipnotizado. Sus letras coincidieron con lo que anduve viviendo en agosto por Lima.


Es sólo un momento

Es una mirada hacia atrás
Yo quiero saber, mi amor
Si al llegar, vas a estar, allí
Vas a estar allí.


Only the young - Brandon Flowers


El vocalista de The Killers no les ha sacado al vuelta, sólo ha querido experimentar y Flamingo es ese proyecto: Indie y Las Vegas en las venas. Y creo esta es la canción más significativa del disco. Bueno video nuevamente, Sophie Muller. Si esta canción hubiese salido antes se la llevaba este año.
No puedo obviar esta parte de la canción:
And the sun will shine again

And the sun will shine again
Are you looking for the sign?
Or are you caught up in the lie?



Dog days are ove - Florence + The Machine


Fue la canción que representó al viaje que hice a Arequipa en agosto... la coincidencia va que el video tiene fondo blanco, no es el sillar que usan los characatos, aunque esta tía sale con dos personajes de Avatar al lado. Igual, esta canción es buenaza, el disco al que pertenece, Lungs, tiene muchos aires de los noventa. 


Imma be Rocking that body - The Black Eyed Peas


The Black Eyed Peas siempre vanguardista, unen dos canciones de su disco The E.N.D, logran un videoclip de más de diez minutos y la mejor expresión de su futurismo. En concierto estas canciones fueron realmente energizantes, mejor que tomarse un Red Bull.


Tighten up - The Black Keys



También los escuché en Arequipa. El video es gracioso y sus letras una declaración de amor muy sincera. Este par de pastrulos tienen futuro.

Can't stop feeling - Franz Ferdinand


Buen indie-rock, buen look y un estilo marcado. Este cuarteo de por sí, la hizo linda en el gran conciertazo que dieron este año: es fácil, entre a YouTube y pongan Franz Ferdinand en Lima o lean este post: Los mejores conciertos del 2010.

Y bueno... tuve en una desidia tremenda (tal vez) por poner a la siguiente canción. Pero antes, el grupazo que este año se lució fue The XX, una propuesta de música minimalista, rasgos noventeros, dark y juegos con el silencio. ¿Recuerdan que MENOS ES MÁS?
Quise poner a Islands por el videoclip muy bien logrado y la canción que hasta Shakira lo canta (puaj), sin embargo, la que se lleva el sonido del 2010 es:

Crystalised - The XX



Feliz año 2011 si brindan, no conduzcan, si cazan a alguien, usen poncho y no celebren poco...
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martes, 14 de diciembre de 2010

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Top 5 de videos sobre ruedas

Si hay algo que me gusta mucho es la música y que mejor agregarle cuatro ruedas.
Me encantan las historias, anécdotas (de todo tipo), relatos y todo relacionado a los carros, tal vez uno de los mejores momentos que he vivido han sido sobre ruedas. Si lloraste con Un mundo Perfecto, esto te gustará más. Así que hice un Top 5 de los video-clips sobre ruedas. (Si tienen uno por agregar, mediante comentarios)


Empecemos por el final.


Puesto 5: Stylo - Gorillaz
                    El cuarteto virtual regresó este año y su debut fue este video que ensalzado por el pela'o Bruce Willis la hicieron linda a comienzos de año.
Recomendable para los que quedaron asombrados por Dirty Harry y nunca llegaron a ver El gran Torino.  


Puesto 4: What It Feels Like (For A Girl) - Madonna
                   La tía reina del pop a comienzos del siglo tuvo su fiebre electro de la mano de Paul Oakenfold y esa canción en especial me hizo alucinar bastante. A la vejez viruela.


Puesto 3: Porcelain - Moby
                   Otro pela'o que sigue sonando y estuvo este año en Lima para dar un gran concierto. Aquí, con su conocidazo video de despedida.... la típica cortavenas que te provoca caer al vacío.


Puesto 2: Scar Tissue - Red Hot Chili Peppers
                   Esta canción, en especial el grupo ya es como un glóbulo rojo que corre por mis venas. Esta canción es clásica para los que luego del cole se van a chupar al Campo de Marte o sobre ruedas. Eso jamás se olvida, como los amigos del cole y esta canción igual.


Puesto 1 (La más alucinante): Karma Police - Radiohead
                                                          Hablar de videos locazos es hablar de Radiohead o Björk, hablar de videos y carros es hablar de Radiohead, específicamente KARMA POLICE, canción incluida en uno de los mejores discos de la época: OK COMPUTER.
El día que me cremen pido que pongan como fondo esta canción ecléctica que me permitirá volver de cualquier lado.... a enfrentarme con la fiebre de mi vejez. 


Esto es to... too... tooo... do, amigos.

Hasta el próximo lunes.
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lunes, 6 de diciembre de 2010

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La tortura del gym

¡Auch! Esta semana  (de contracciones musculares y lluvias continuas y duraderas) ha sido –por no decir– jodidademente productiva.

Hace dos semanas mis patas ya me habían escuchado el rollo de “voy a empezar a ir al gym”… lo dije tantas veces que ya caía espeso porque al final nos dejaban nuevos trabajos y/o me ocupaba haciendo otras cosas y olvidaba mi principal objetivo. Pero esta semana me decidí.
Primero busqué dónde. Si Gym X, Gym Y o Gym Z.

X ofrecía una oferta incomparable: pagas dos meses ahora y te daremos tres meses, o sea te regalaremos un mes. (Sí, pues no sé sumar ni restar) ¿Cuánto es? 200 soles nada más. Adiós.
Y ofrecía la misma oferta que el anterior, pero cuando le pregunté cuánto es por sesión, no evitó mirarme con menosprecio. Adiós… ah no, vuelvo más tarde.
Z ofrecía muuucho menos y con un buen gesto me convenció.
Lunes por la tarde, ya me encontraba calentando para empezar con las máquinas. ¿Qué deseas sacar más? Quiero sacar más notas, quiero sacar más plata, quiero sacar unos escritos de la... (formidables), quiero sacar más a mi perro a la calle porque últimamente anda en celo. No, todo eso sólo lo pensé. Atiné a responder: ¿crees que mis brazos son desproporcionadamente delgados para mi cuerpo? No, todo tu cuerpo está desproporcionado. Tuve que reír, no por la bromita que me había jugado el instructor sino porque él reía y se le veía un huecazo entre los dientes. Es chimuelo.
La primera máquina para brazos, sentado con las piernas y brazos para adelante, los pies firmes para poder compensar mejor el peso de las barras de metal conectados por unas cadenas que jalaba con los brazos.
    -No debes jalar ni soltar rápido.
    -A ver…
    -¡No!
    -Mira, jalas despacio, sin prisa… luego devuelves igual, despacio.
    -A ver ahora…
    -¡No!
    -No qué.
    -No me mires así…
Bueno, luego de las pequeñas “bromas” del instructor Miguel tuve que cumplir mi tarea: 4 jaladas de 5 Kgr, 10 Kgr 15 Kgr y 25 Kgr cada uno. Y sólo pude llegar a dos en las de 25 Kgr.
Está bien, muchachón. Descansa un minuto y cambiamos de máquina.
Tomé un poco de agua… vi el reloj: 6:20 p.m. Vaya ya veinte minutos en esto, me sentía contento hasta ese momento porque se me tensaron los músculos del brazo y pecho. Sólo había un pata ejercitando sus piernas en una posición muy extraña, luego se dirigió a uno de los tantos espejos que hay, se sacó el polo y comenzó a mirarse obsesivamente… sólo pensé en el Dr. Chapatín y en su frasecita “Ya me dio cosas”; mientras el instructor estaba afanando a tres chibolas que se están preparando para ingresar a alguna fuerza armada.
Vino la segunda máquina, “esta es para sacar espalda, porque si quieres sacar brazos primero debes tener pecho y espalda” dijo. O sea, qué tengo ahora.
La tercera máquina, también “es para que saques más espalda y hombros”… uuuf ahora sí quiero descansar. 7:00 p.m.
Ahora, muchachón, vamos a las pesas. Me quedé con los ojos abiertos al ver los platillos… no, no, esos no mires ahora. Me dio unas pesas pequeñas de 5 Kgr para cada brazo. Mírate al espejo y levántalas durante quince minutos. Por el espejo sólo veía patas agarradazos, un par de tías muy bien contorneadas… escuchaba cómo Miguel denominaba a los primerizos: las calaveras. Bueno… ya no me sentía un bicho raro ya que había un par de patas más mucho más delgado que yo… qué daño, parece que ellos ya ni comen.
Más agua, ni una gota de sudor. (No porque no me hay cansado, sino que no es común que sude en una ciudad de clima seco totalmente)
A las siete y media ya no me parecía un gym, era una cámara de tortura. Lo veía como las salas del museo de la Santa Inquisición. Porque nadie paraba, seguía, seguía y seguía. Me sentía cansado, me dolían levemente los brazos y el abdomen (por una de las últimas máquinas en el que quedé sin tocar el piso y tenía que levantar las piernas continuamente) Sin embargo, quería seguir, como todos… Ahora éramos como 25 personas en constante movimiento, que paraba sólo para beber (agua). Luego la bicicleta, no la que provoca la tía veneno de la esquina, la máquina para pedalear como un loco que de te deja frustrado… más a mí que acostumbraba a pasear en bicicleta y ver paisajes, aunque sea combis.
Siete y media.
    -Ya no más, Miguel.
    -Está bien, tienes buena resistencia eh…para ser tu primera vez.
    -Y eso que no hago ejercicios ni en mi cama.
    -Pero sí con la mano.
    -Claro, para cargar las compras del fin de semana.
    -Ahora, ¿vuelvo mañana?
    -Si estás bien… claro.
    -WTF…
    -La primera semana es así, luego ya se te hará un vicio.
    -Vicio…
Lo pensé, repensé y tal vez tenga razón porque tengo nuevamente ganas de la tercera sesión (con las máquinas). Lo que me olvidé fue de la alimentación… porque es inevitable no comer un  pollito a la grasa (brasa) o un KFC… o mejor aún, una lasagna, que me he vuelto adicto a comerla cada semana.
Al día siguiente me desperté, abrí los ojos y algo pasaba… ¿dónde está mi cuerpo?
Ahhh…
A las justas pude lavarme la cara y los dientes para salir a la universidad, no quería que me toque nadie. Menos esos abrazos de oso que suele darme Tefa.
Al día siguiente se me puso de color de hormiga, los brazos me dolía demasiado, no pude dormir de costadito (que es mi posición favorita). Hasta que llegó el jueves y volví. Esta vez con los brazos más fortalecidos.
Todo es perspectiva al final, según lo que hagas te miras. Ahora me miro un poco diferente y espero no llegar a mirarme como el loco de las piernas (que así lo llamo mentalmente) ante un espejo. He tenido una semana cargada de trabajos. He empezado a leer El Príncipe de Nicolás Maquiavelo… tenemos que realizar una muestra de Caricatura y Repentismo para la semana que viene, tocaba ir a los conversatorios de acreditación y nueva currícula de mi facultad. Ver la expoferia que organizó la facultad de Forestales… no pude ver a mi pata Ricardo ni vendiendo bonsái.

Esta semana será la misma rutina con el gym e imagino sufriré menos.
Se acerca el fin de año y como era costumbre en mi blog anterior ya seleccioné las mejores canciones que pasaron por mis oídos durante los 12 últimos meses. También tengo un “Top 10 de videos sobre ruedas”… y estoy pensando seleccionar a las mejores canciones de la primera década del siglo XXI. Agárrate Coldplay, que tienes competencia.

Tengo que continuar con el día.
Hasta el próximo lunes.
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lunes, 29 de noviembre de 2010

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Se te cayó el diente, huacón

“La semana de la calidad universitaria” fue puro relajo. Aproveché esos días para visitar Mito, ver Harry Potter y las reliquias de la muerte, soñar (cosa que no hacía desde marzo) y andarle de interpretador de símbolos oníricos.

Hace dos semanas pasaron el dato que la Huaconada había (y sigue siendo) nominada o candidata para hacerse sitio como Patrimonio cultural inmaterial de la humanidad al igual que la Danza de tijeras. No fue para poco, me sentí extrañamente contento… aunque me mantenía escéptico. Los medios locales sólo informaban, nada más. Sólo se comentaba, nada más. Sólo se rumoreaba, nada más, Sólo se decía y luego se olvidaba, nada más.
Uno de esos rumores, chismes, susurros o cualquier tipo de ruido convertido en noticia llegó hasta mis oídos: el fin de semana se hará una celebración especial en Mito por esta nominación, decía la narradora del noticio local. Bueno, como el año nuevo no creo podré pasarlo aquí, entonces fui con todas las ganas para ver nuevamente a loas huacones danzar alrededor de su plaza principal. Ufff… hace diez años que no retornaba a Mito.
Mito está a media hora (en bus) de Huancayo, si vas con tu troncomóvil… en veinte minutos por la margen derecha. (Más info del ditrito, en Wikipedia)
Llegué, me bajé en la carretera  y no veía nada diferente, el distrito seguía igual. Tuve que caminar la angosta callecita que lo une al mundo exterior. No se escuchaba nada… me sentía algo desconcertado, estaba a punto de decir: ¡PLOP! Pero no, ya a una cuadra de la plaza un sonido suave podía percibir. Pregunté a algunos pobladores si tenían preparado algo.
   -No, en año nuevo será.
   -¿Saben que ahora la Huaconada está nominada para ser patrimonio cultural inmaterial de la humanidad?
   -Así nos han dicho esos señores del canal 4 que están grabando ahorita en la iglesia.
   -O sea… no habrá nada.
  -Sólo los que están en la esquina han salido danzando para que los graben. Es que casi todos los que danzan no viven aquí, son de Lima o vienen de otros países.
   -Ah, bueno… gracias.
Fui para la esquina que me indicó y vi huacones, sí, los vi, pero con varias cajas de cerveza en el piso, ya no danzaban. No me animé a preguntar nada y fui para la iglesia.
Un reportero gordo, colora’o, cabello trinchudo y amarillento entrevistaba a una señora mientras el camarógrafo gordo, colora’o, altazo y rapado hacía tomas a la cúpula que ahora lucía unas pinturas (de estilo moderno, por así decirlo). La saqué unas fotos.
El altar daba la impresión de cercanía al cielo, las dimensiones se habían manejado bien: un Jesús elevado en rescoldo. Salí y me senté un rato para esperar y tratar de comprender el significado del monumento imponente a Poseidón (Neptuno) al centro de la plaza. Los reporteros también salieron y comenzaron a despedirse del pequeño grupo que ya se despedía entre sí. Comenzó a correr mucho viento, las nubes se tornaron plomizas y no me quedó otra que volver…

Ya Harry Potter se había estrenado hace dos semana, no pude ir al estreno porque estaba en parciales y andaba con las monedas contadas. Junté un poco para ir durante esta semana que pasó.
Mientras hacía la cola sólo pensaba que esta vez sí podré disfrutarla visualmente ya que no he leído el sétimo libro del cuatro ojos, perdón, de J. K. Rowling. Simplemente porque las veces anteriores ya había leído antes de estrenarse la película… como que me pareció que la película iba muy rápida, no me emocionaba mucho en las escenas de suspenso, etc… Mejor aún que esta última parte la han divido en dos, porque decidí primero, ver la película, leer todo el libro y ver la segunda parte. Obvio que los mejores finales se dan en los libros. Bueno… empezó la película, Snape entra a la mansión de Malfoy y… blah, blah, blah, véanla. Por momento Harry Potter o mejor dicho Daniel Radcliffe me provocaba cierta sorpresa porque ahora ya no lucía lampiño como antes, ya se le notaba la barba y bigotes a medio crecer, esos aires de tío al que yo tampoco puedo negar y que es bacán. Realmente toda esta saga me ha acompañado durante muchos años, más en los que un día usas chupón y al día siguiente un cigarro.

Tuve tres sueños diarios consecutivos.
Primero. Soñé que se me rompió un diente y sangraba a chorros. Tanto que ya parecía uno de los decapitados de Kill Bill.
Segundo. Me encontraba en unos pastizales y buscaba a alguien para que me pueda sacar la mitad de diente que aún permanecía como incrustada en la encía.
Tercero. Aquí sí fue más interesante. Seguía con el diente roto y con la encía sangrante, cargaba una tortuga galápagos en los brazos. Tenía que llegar a un cementerio, porque ahí se encontraba uno de mis tíos para que me extraiga el diente totalmente. Un río muy cargado me impedía cruzar, vi a un costado y un montículo de barro me ayudó a cruzarlo. Entré al cementerio que se estaba empezando a inundar, la tortuga comenzó a parir miles de pequeñas tortugas que tuve que ir rescatando del trayecto que tomaban hacia las zonas pantanosas. Hasta que pude llenar una caja con todas las crías y alguien me palmeó la espalda diciéndome: se te ha caído el diente, huacón.
Le conté a mi abuela y me dijo: alguien va a morir. Dudé y saqué el libro de uno de mis tíos, Gran enciclopedia de los sueños de Pamela Ball (no es boluda). Busqué la palabra diente, me mandó a la página 138: Cuerpo.
Y lo encontré.
Dientes: Popularmente, se supone que los dientes representan sexualidad agresiva, aunque, más bien, significan el proceso de crecimiento hacia la madurez sexual. Los dientes que caen o salen con facilidad indican que advertimos que atravesamos cierta transición, parecida a la que va de niñez a vejez e incapacidad. Si los dientes que caen nos causan angustia, sugieren miedo a volverse viejo y no deseado o ansiedad ante la madurez. Si una mujer sueña que se los traga, quizás exista una alusión al embarazo.
Eh… obvio, no estoy embarazo. No se me ha caído con facilidad el diente. Más claro que el agua no puede estar, coincide con mi edad, estoy entrando a mi etapa de apogeo sexual (por así decirlo). La sangre (Pág. 348) es portador de vida o fuerza vital… o sea, tengo que meterme al gym sí o sí. El cementerio (Pág. 114) eliminación de alguna parte de nosotros o que hayamos dejado de emplear… O sea, toca cantar “ya lo pasado, pasado, no me interesa”. Tortuga (Pág. 377) símbolo de larga vida… lo dudo, porque al final esa larga vida se me fue de a poquitos (crías). Agua (Pág. 50) purificación, limpiar la contaminación que experimentamos durante la vida, también renacimiento espiritual: fuerza de vida… redundante. Río (dentro de la palabra Agua) y cruzándolo significa que se avecinan grandes cambios… tal vez. Inundación (dentro de la misma palabra) estamos creándonos dificultades innecesarias… ya me lo dijeron una vez y creo mediante este sueño estoy siendo conciente de que por las… me he hecho un tacu-tacu de las cosas más simples.
Harry Potter y el diente (que son lo mismo) han influido en esta trilogía de sueños al igual que la tortuga y la Huaconada. Ahora que se me ha caído el diente, queda disfrutar de esta etapa, porque los cambios no se notan… se ven luego de muchos años.

Hasta un siguiente lunes.
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