lunes, 8 de noviembre de 2010

, , , , , ,

De ratas

Otro lunes, no… esta vez no es feriado. Ahora sí a despertarse temprano, darse una ducha, echarle agua al bonzai que nunca crece, ver el horario de la universidad para ver qué cursos tocan o qué tareas habrá que hacerlas en clase recién. Hay momentos en los que la improvisación ayuda mucho a crear obras maestras o tremendas tonterías y al final terminan dándote un 10… ó 10,5 (para pasar piola).
 
Durante esta semana hubieron tantos temas como chibolos tiene Lucía de la Cruz… ando medio tela, excepto que perdí y/o hurtaron el celular: mi amado Samsung GTM-2510 rojo. Si Borges estuviese vivo ya me andaría aconsejando que cierre las entradas al Aleph que tengo en el bolsillo y sí, 100% comprobado, cada fin de semana que voy a poner a lavar mi ropa –específicamente mis pantalones – encuentro de todo: boletos, chapitas, cañitas, fichas, resto de Doritos, clips, DNI, botones, botones, envolturas, ganchos, etc… etc… Porque creo ser el monse que no le gusta tirar nada a la calle, culturalmente monse (resalto) ya que así debería ser. Detesto ver cómo las combis pasan volando y a su paso dejan un camino de basura, esas manos medio ennegrecidas (o por la basura o porque no se bañan) salen por las ventanas y sin clemencia alguna tiran cualquier cosa que no les sea útil, ojala algún día los vea tirar sus cerebros también debido a que no los usan para eso. Por favor, compañeros y compañeras, tengamos la ciudad limpia, sino más ratas vienen y ahora les tengo más tirria a las ratas por manilargas. (Ahí les dejo como tarea la analogía que hice)

Algo que me gustó de esta semana fue que hace dos días vi Tesis de Alejandro Amenabar, aunque no tanto me alegró, sino me estrujó los nervios y me puso el corazón bailando alrededor mi boca, qué tal suspenso… cuando la chica estaba por… no, no, no les contaré, véanla y muéranse en el suspenso que sumerge esta peliculaza. Los otros le queda un chancay de a veinte. Y siempre recordaré lo que mi profesor de Artes Gráficas mencionaba en clase: No todo lo que sea hecho con la mejor tecnología tiene que ser de bueno –en cuanto a fotos–, he visto fotos con cámaras compactas mucho más desarrolladas que con cámaras profesionales.
Por eso siguen vendiéndose como pan caliente las películas clásicas, las ópera prima de varios directores “ahora” famosos… uuuf, ya me dieron ganas de ver algunas de Hitchcock y Pasolini, ¿a ustedes no? 
Los negritos y la ricura de Fergie, o sea, The Black Eyed Peas ya están a cinco días de presentarse. Por fin tengo mi entrada en zona VIP… parece, ¿no? Pero no estoy adelante… estoy en la cuarta zona y espero verlos apropiadamente bien o sino me dedicaré a hacer chongo cuando toque Hey mama. Espero nomás no terminar afónico como en el concierto de Franz Ferdinand en marzo. Lo que sí, todo enfermito viajaré unos días antes para irlos a recibir al aeropuerto, tal vez amanecerme a las afueras del hotel, llorar con mi cartel en la puerta… ja, ja, ja. No, ya estoy viejo para eso. Los chibolitos enfermos de los grupos que han formado en el Facebook que se encarguen de eso, yo sólo quiero mi foto con Fergie que me ha dado las mejores noches húmedas que he podido tener.

Bueno, para el próximo lunes tendré las calientitas del concierto. Por ahora tengo que terminar tres trabajos que tengo para esta semana, tres tristes trabajos te ponen triste.

3 comentarios:

Unknown dijo...

Lubrike del demon, te llamé el domingo en la tarde (te llamo una vez al año) y el celu estaba fuera de órbita ¬ ¬

Vladimir dijo...

El otro día en una combi por la Túpac Amaru una señora joven tipo recién-bajada-pero-acriollada, a la que le faltaban manos para aquietar a su hijita de dos o tres años, le pidió guturalmente al cobrador-adolescente-manos sucias-achorado que botara por la ventanilla un plato de mazamorra morada con arroz con leche a medio comer.

Y allí estaba pasando raudo el plato descartable de "clásico" de mano a mano bajo mis narices mientras trataba de recordar si no tenía una bolsa de plástico para evitar que se consumase la insania.

No había terminado de soltar mis brazos de la apretujadera para buscar en mis bolsillos cuando ¡PUAJ!... El asqueroso sonido subió desde la piel soriática de Lima a mis oídos y fue interrumpido por el "vao, vao", también gutural, del cobrador.

Animales, pensé, y observé a la niña que lo había visto todo, pero sus ojos estaban opacos opacos como cuando no se ve, no porque se sea ciego, sino porque no hay luz.

Antony Llanos Salomé dijo...

Erick (cuy), desde el viernes "el número de siempre". Sólo contratos. Privados. Sólo ejecutivos, ja, ja, ja.

Vladimir, gracias por compartir esa menuda experiencia...