
Los buses han sido el mejor vehículo para apreciar e
introducirme a nuevas ciudades, observar con mucha calma (al menos) el cambio
gradual de la geografía, extenderse parajes que alguna vez vi en las
enciclopedias y sentir ese encuentro entre lo que imaginaba al lugar real; no
fue lo mismo imaginar un delta o una bocana que navegar en uno, sumergirme en
aguas...