domingo, 16 de agosto de 2015

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Marchito

Han paso casi dos meses desde que mi abuela se fue y veo el mundo desde el tercer piso. Esta semana, un kokedama, que lucía verdoso y lleno de vida, empezó a secarse, sus tallos amarillaron y la semana se nubló, más de lo que comúnmente está. Emplomecí y escribí...  Como la planta que tuvo que cortarse las raíces al no poder consolidar su unión imperfecta...
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