
Vientos fríos, disfrazados de hilos muy delgados, en mis sueños,
cruzaron mi nariz y desperté. La inamovilidad del bus me reveló problemas:
había quedado varado en Ticlio.
Aún de madrugada, aproximadamente las cuatro ya muchos pasajeros
también se percataron que éramos parte de una gran fila de buses, camiones,
automóviles, camionetas, tractores, ovnis,...